Lobón mantiene su previsión de restablecer más suministros mañana

Las localidades que llevan tres semanas sin poder consumir agua del río siguen desconfiando de su calidad

La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos y vecinos de los municipios que baña el río Gállego mostraron ayer su "estupor" ante el nuevo vertido de lindano en Bailín, ocurrido el viernes mientras se estaban llenando los depósitos de los pueblos afectados por la prohibición de consumir agua de boca, como paso previo a los análisis para determinar si vuelve a ser potable. 


Pero este incidente no ha modificado los planes del Gobierno de Aragón en las cinco localidades en las que ya se han instalado los filtros de carbón activo con los que se espera rebajar la contaminación del agua por debajo de los 0,1 microgramos de alfalindano por litro, de forma que sea apta para el consumo. Durante el fin de semana, Salud Pública tomó en Ardisa, Piedratajada, Marracos, Santa Eulalia y Villanueva de Gállego muestras para los análisis y contraanálisis, cuyos resultados se conocerán mañana.


"Da la impresión de que el Gobierno de Aragón tiene prisa y así solo vamos a lograr gastar más dinero en llenar, vaciar y limpiar los depósitos varias veces", criticó la Coordinadora en un comunicado de prensa, en el que también reclamó "una investigación rigurosa sobre el foco de la contaminación para cortar los vertidos". A su juicio, la causa es el traslado de residuos en Bailín.


No obstante, según el consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, el vertido no repercutiría en los pueblos que ya cuentan con medidas correctoras –en el sexto afectado, Biscarrués, se colocarán los filtros mañana–, ya que estas permitirían paliar cualquier incremento del pesticida en el río. 


Pero en algunos de los municipios que llevan más de tres semanas sin poder beber de la red siguen sin fiarse del agua que sale por sus grifos, por mucho que en los próximos días les aseguren que ya es potable. Ángeles Palacio, alcaldesa de Ardisa, espera que con los filtros "se pueda solucionar bastante el problema, aunque no sea al 100%". Aún así, a continuación reconoce que "la desconfianza será total todavía". "Esperamos que nos digan que ya es potable, pero desde hace años la prevención es máxima", afirma, al tiempo que vuelve a exigir una toma alternativa a la del Gállego como solución definitiva.


En esta reivindicación coinciden los alcaldes del resto de municipios que beben del río, como José Antonio Casaucau, de Santa Eulalia de Gállego. "Los filtros pueden funcionar si se estabilizan los niveles de lindano, pero hay que tener información muy precisa para ajustar las dosis de carbón, que luego vuelve al río con el lindano que ha retenido, aunque nos han dicho que en esa cantidad no es un residuo peligroso", explica. "Si antes no nos fiábamos del agua del río, ahora muchísimo menos", añade.


"No pueden tener a los pueblos en alerta sanitaria permanentemente", afirma Casaucau, por lo que reclama descontaminar el río y poner en marcha abastecimientos alternativos. De momento, los técnicos del Instituto Aragonés del Agua ya han visitado los pueblos afectados para elaborar un estudio previo a los proyectos.