La falta de previsión de Educación fuerza retrasos en colegios por primera vez

El retorno a las aulas  más caótico 
en décadas dejará a cientos de niños de La Almunia en casa.
Otras obras que debían acometerse en verano tampoco están listas este año

Las familias denuncian desde hace semanas la lentitud de los trabajos. Lamentablemente, así era.
La falta de previsión de Educación fuerza retrasos en colegios por primera vez
Macipe

Ni en las hemerotecas ni en los pasillos de los servicios provinciales se recuerda un retraso igual. Que el departamento de Educación de la DGA haya tenido que modificar su propio calendario escolar y aplazar una semana el inicio del curso en los dos colegios públicos de La Almunia porque, después de todo el verano, siguen en obras, se ha convertido en uno de los principales fallos de planificación escolar de las últimas décadas. 


Por un lado, las familias (hay 800 niños afectados) lanzan una crítica feroz a un "retraso anunciado". "Son tres edificios y las obras para reformarlos empezaron muy tarde, algunas en agosto", aseguran. Por otro, Educación fija el día 15 para empezar provisionalmente, con cientos de niños en espacios alternativos, ya que uno de los edificios no estará listo hasta el 30. Sus responsables se escudaron esta semana en los "imponderables" que acompañan a toda reforma y negaron estar al corriente de una posible falta de previsión. De hecho, el departamento atribuye el problema, principalmente, a los forjados de uno de los edificios.


Las familias, que hubieran preferido retrasar todo al día 30 (tras las fiestas de la localidad), preparan ya una manifestación el día 10. Sus hijos serán los únicos de Aragón que no irán a clase ese día. Así las cosas, proponen que tampoco acudan el 15 y, para ello, van a habilitar un servicio de guardería. Tampoco las tienen todas consigo: un informe del arquitecto dejaba patente que al ritmo de trabajo actual, las obras del edificio que abre el 15 (el Carra la Hilera) no estarán listas ese día y que las de Laviaga Castillo, que debería estar el 30, solo llegarán a tiempo si trabajan simultaneamente dos equipos completos, uno por torreón. 


Mientras, en los círculos educativos, la noticia ha causado estupor. Los sindicatos de la mesa sectorial llevan meses denunciando un "caótico" ritmo de cara a este septiembre. Primero fueron los cambios de la Lomce y la premura con la que los colegios tuvieron que decidir cómo se organizaban de cara a este septiembre ante el cambio de contenidos y materiales. No ayudó tampoco que el currículo se publicara el 20 de junio, ya en vacaciones. Ahora, llegan las sorpresas porque el ritmo de las obras de adecuación de colegios e institutos que se hacen todos los veranos ha sido demasiado lento. 


"Nunca en los últimos años, ni en mi etapa como consejera, ni en la de Eva Almunia o la de Alejos Pita, se había retrasado el inicio del curso. Es un escándalo", insiste María Victoria Broto (PSOE), que en la última década ha ocupado los cargos de consejera de Educación y directora de Política Educativa. 


"En el departamento no hay nada más urgente que preparar el curso escolar, y cada mes de agosto hay visitas constantes a las obras y una supervisión al detalle. Llegar con andamios o, por ejemplo, no poder abrir el comedor, hubieran sido una falta de rigor inaceptable", añade. 


Sí que suele ser habitual hacerlo con promesas pendientes que se materializan en aulas prefabricadas o con pequeñas reformas sin terminar. El curso pasado, el Valdespartera II abrió sin estar ultimado completamente y, este año, si nada lo evita, esto puede volver a suceder en otros centros. Protestas en el Vadorrey

En concreto, esta amenaza se cierne sobre todo en tres colegios que este año incorporan barracones.  El Vadorrey (Zaragoza) necesita dos aulas prefabricadas para sus alumnos de 2º de Infantil, el Alejo Lorén (Caspe) otras dos y, el Foro Romano de Cuarte espera cuatro más que añadir a las 8 que ya tiene instaladas. 


Educación ha anunciado que intentará llegar a toda costa, pero los plazos están tan ajustados que será el día 10, a las 9.00, cuando se sepa a qué ha dado tiempo. El ampa del colegio Vadorrey, que vivió su primer año en aulas cedidas por el Marie Curie porque no dio tiempo a hacer el edificio de infantil, comenzó el curso siguiente con los restos de la obra sin retirar. El ampa de este colegio ya ha anunciado que si los niños no pueden utilizar las aulas prefabricadas el día 10, retrasaran las clases durante una hora como medida de protesta. Las familias leerán también un manifiesto (esto lo harán aun cuando se llegue a tiempo) para reclamar la construcción del aulario de primaria.