La cuenca del Ebro, entre las más 'estresadas' de Europa

La CHE no considera que estos datos sean graves teniendo en cuenta las escasas lluvias de Aragón.

Imagen del Ebro a su paso por Zaragoza
La cuenca del Ebro, entre las más 'estresadas' de Europa
Isabel Cebrián/Instagram

La Agencia Europea de Medio Ambiente ha presentado un informe en el que detalla el estrés hídrico -se produce cuando la demanda de agua es más importante que la cantidad disponible y cuando su utilización está restringida por la baja calidad- que sufren las principales cuencas europeas, entre ellas aparece destacada la del Ebro. Según los datos que maneja este organismo, actualmente en España se consume el 30% del agua de los ríos, mientras que algunos focos como el interior peninsular y la costa española superan el 40%. Este es el caso de la cuenca del Ebro, que se encuentra en una situación grave, según los datos de la agencia.


“Desde Europa se considera que superar el 40% produce una situación complicada, sin embargo, la zona del Ebro tiene pocas precipitaciones y, por lo tanto, necesita muchos recursos para abastecer todas las necesidades”, señalan desde Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). De este modo, en el Plan Hidráulico de la Cuenca del Ebro se puntualiza que el techo máximo es del 50%. “Mientras estemos por debajo, tal y como nos encontramos en la actualidad, son unas buenas cifras”, afirman.


Sin embargo, este organismo no tiene datos concretos. Aún así, el Plan Hidráulico de la Cuenca del Ebro refleja que el 51,6% de los recursos se demandan desde distintas partes de las comunidades. “De estos muchos vuelven al río ya que no ha sido necesaria su utilización”, destacan. Concretamente, el 34% de lo que se demanda no regresa al cauce.


Entre los afluentes que más estrés hídrico tienen, destacan los aragoneses. Los ríos Ésera, Noguera Ribagorzana, Guadalope y Martín son los que más recursos utilizan de acuerdo a su caudal. Estas masas de agua también destacan por ser las que más demanda tienen. En concreto, la cuenca del Martín tiene un grado de utilización del 76,8% y la del Guadalope del 89,4%, mientras que las del Ésera y el Noguera Ribagorzana tienen un 79,2%.


Además, varios científicos del Laboratorio de Hidrociencia de Montpelier publicaron el año pasado un artículo titulado: “Moldeado de la capacidad actual y futura de los recursos hídricos para satisfacer las demandas de agua en la cuenca del Ebro”. En él detallaban que en la actualidad, la demanda de la cuenca estaba satisfecha, pero que en 2050 se preveía que los recursos disminuyeran entre un 15 y un 35% durante la primavera y el verano. “Esto provocará una creciente competencia entre los usuarios y una escasez importante de agua para la agricultura de regadío”, asegura el texto.

El 23,25% de las aguas del Ebro están contaminadas

El estado ecológico del Ebro también podría mejorar, aunque, según sostienen desde la CHE, se encuentra en mejores condiciones que tiempo atrás. El 31,85% de las masas de agua superficiales de la cuenca están en buen estado, tanto ecológico como químico, por el contrario, el 23,28% de ellas tienen algún tipo de deficiencia. “Generalmente son las partes que están más cercanas al eje del Ebro, como suele ocurrir en la zona de Zaragoza, ya que hay una mayor proliferación de industrias y de viviendas que provoca que se contamine más”, sostiene.


Sin embargo, casi el 45% de las aguas no están analizadas por este informe. Según los técnicos de la Oficina de Planificación de la Confederación, esto se produce porque son masas pequeñas y poco representativas. Además, destacan que la mejora se debe a la depuración de las aguas residuales, ya que en años anteriores solo accedía el 50% de la población y en la actualidad el 80%. “No obstante, todavía hay mucho trabajo por hacer tanto con las especies invasoras y con el uso de nitratos en la agricultura como con otras utilizaciones inadecuadas que se hacen del Ebro”, subrayan.