La DGA reclama a Fomento que ejecute ya las inversiones en la vía del Canfranc

El consejero de Presidencia dice que es «una vergüenza» que el Ministerio no arregle el trazado
El Ejecutivo autonómico tampoco ha impulsado mejoras en la línea

En el tramo donde descarriló el mercancías, en Castiello, no hay previstas obras de mejora.
La DGA reclama a Fomento que ejecute ya las inversiones en la vía del Canfranc
Rafael Gobantes

El Gobierno autonómico culpa directamente a Fomento del deterioro de la línea ferroviaria Zaragoza-Canfranc, que el viernes volvió a quedar cortada por un nuevo descarrilamiento de un mercancías en el tramo entre Castiello y Jaca, en el que ocho de los catorces vagones se salieron del trazado. Es la quinta salida de vía que registra este trayecto en los tres últimos años. El consejero de Presidencia, Roberto Bermúdez de Castro, declaró ayer que es «una vergüenza que el Ministerio no invierta más en la línea del Canfranc y que todo sean problemas para impulsar los proyectos y modernizar los trazados aragoneses, los de toda la red regional, especialmente la del Canfranero y la que une la capital aragonesa con Teruel-Valencia».


Bermúdez de Castro manifestó que «no es de recibo que Fomento y Renfe ofrezcan a viajeros y mercancías servicios propios del siglo XIX». El consejero resaltó la necesidad de que el Gobierno central destine financiación para «renovar unas infraestructuras cuyos materiales son de entre 50 y 100 años». El consejero reconoció que el Ejecutivo aragonés no ha logrado sus objetivos para esta legislatura, por lo que «debe seguir presionando y reclamando al Ministerio de Fomento la necesidad de mejorar las líneas de la red ferroviaria regional» y para que «se cumplan los acuerdos y compromisos, incluidos los que afectan a Renfe y ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias)», como se pactó con la ministra Ana Pastor. 


De hecho, el acuerdo alcanzado hace un año por la DGA con Renfe para ampliar las frecuencias y mejorar varias líneas de la red regional de ferrocarril está bloqueado, como ya informó el miércoles HERALDO DE ARAGÓN. No solo Renfe sigue sin firmar el convenio, sino que la puesta en marcha de las frecuencias anunciadas hace poco más de doce meses se condiciona ahora a unas mejoras de la red que Fomento no ha proyectado, por lo que es prácticamente imposible que puedan ejecutarse antes de concluir el convenio vigente, que expira en diciembre del próximo año.


En este sentido, el consejero de Presidencia aseguró que el Gobierno aragonés seguirá presionando para que el Ministerio «apruebe y saque a licitación los proyectos previstos de mejora y modernización de la línea internacional Zaragoza-Canfranc y que renueve el material y los trenes para hacer competitivo el trayecto Zaragoza-Teruel-Sagunto». 


Fuentes del Ejecutivo autonómico recordaron ayer que ADIF ya ha empezado a licitar parte de las obras programadas en el trazado del Canfranero, en el marco del convenio firmado con Fomento y la DGA en diciembre para invertir 3,6 millones, de los que 2,25 los tendrá que aportar Aragón. El acuerdo incluye un segundo andén de ancho convencional para los trenes de media distancia en la estación de Huesca (ya licitado), la renovación de 5,3 kilómetros de los 134 de la línea entre esta ciudad y Canfranc, y la modificación de la señalización ferroviaria en la Hoya de Huesca. No obstante, ninguno de estos proyectos afecta a los tramos más problemáticos.


El Gobierno también reiteró que sigue «trabajando por la reapertura» de la línea internacional, «como se puso de manifiesto en la última reunión del cuatripartito» celebrada en julio con Aquitania y los ejecutivos francés y español, al que piden «que apueste por esta línea con inversiones para su mejora». 


También el portavoz del grupo del PP en las Cortes, Antonio Torres, exigió a Renfe y ADIF que «de una vez por todas se tome interés» por el Canfranc, «tanto de cara a la reapertura en 2020 como en el mantenimiento adecuado» de esta infraestructura.


El vicepresidente del PAR, Alfredo Boné, coincidió en reclamar a Madrid que «ejecute las partidas que se presupuestan, ya de por sí escasas». Y añadió que «si los servicios públicos de Aragón fuesen gestionados por los aragoneses con la debida coordinación entre administraciones, esto no pasaría».