Los municipios destinan para las fiestas lo mismo que en 2013, tras años de recortes

Los ayuntamientos elevan ligeramente el dinero para los festejos, pero optan por contratar ofertas.
Unas ciento setenta localidades celebran sus fiestas en agosto, ochenta de ellas en este fin semana

Las peñas de Calatayud desfilan ante fotos de bilbilitanos celebrando las fiestas patronales.
Los municipios destinan para las fiestas lo mismo que en 2013, tras años de recortes
Macipe

Hoy, 15 de agosto, en torno a 80 municipios de Aragón están celebrando sus fiestas patronales, para las que han destinado, de media, el mismo presupuesto que en 2013 tras cinco años de recortes y de ajustes. De hecho, las verbenas ha vuelto a ser lo que eran antes de la época de vacas gordas y de los conciertos con nombres de primera fila: verbenas. Esas en las que actúan orquestas locales, como las de antes, o que son sustituidas por las discomóviles. Desde 2008, muchas localidades han tirado de imaginación y de ganas de los vecinos para compensar los recortes en los presupuestos municipales para los festejos, un tijeretazo que, tras más de cinco años de incidencia y hasta un 50% de disminución en algunos casos, parece que se estabiliza.


«Llega un momento en el que no se puede dar un buen servicio en las fiestas si no hay un presupuesto mínimo», sentencia Antonio Bolea, alcalde de Zuera, cuyo municipio vuelve a rondar este año los 200.000 euros para los festejos de todo el año. «Una cifra muy lejana de los 430.000 euros con los que contábamos en los años 2009 y 2010», afirma.


Recortar el número de días, contratar orquestas de un caché más bajo o prescindir de las vaquillas fue una constante, aunque la experiencia ha permitido a los municipios adaptarse a la disminución presupuestaria con un aumento de la calidad, y hasta de la cantidad, de los actos programados.


«Como el año pasado intentamos hacer las máximas cosas con el mínimo prepuesto, ya que hay otros temas, como los sociales, que ahora requieren una atención especial», asegura el edil de Cuarte, Jesús Pérez, cuyo municipio incluso ha podido sumar un par de días festivos más a su calendario.


Otras localidades, como Barbastro, Monzón o Utebo, han conseguido mantener intacta, o casi, la partida para sus festejos patronales. Y otros, como Torres de Berrellén, incluso se están planteando aumentarla para el año que viene. 


«Somos imaginativos, y buscamos actividades en las que puedan disfrutar todos los vecinos. Apostamos, por ejemplo, por más grupos de animación y menos espectáculo taurino, pero siempre con una premisa, que todos los actos sean gratuitos», afirma Iván Carpi, concejal de cultura y festejos del Ayuntamiento de Barbastro, que ha mantenido su presupuesto en 215.000 euros para todo el año.


Calatayud también conservará su partida para la Virgen de la Peña en septiembre en 84.000 euros, una cifra que se mantiene tras reducirse en poco menos de tres años a la mitad (fueron 164.000 en 2011). «Hemos pasado de publicar un pliego y que las empresas concursasen a buscar y rebuscar entre presupuestos el que más se ajuste, siempre primando la calidad», avisa Braulio Gracia, concejal de fiestas del municipio bilbilitano.Los precios, con lupa

Cada vez son más las localidades que echan mano de los espectáculos subvencionados por la Diputación Provincial o el Gobierno de Aragón, o apuestan por actividades lúdicas, culturales o deportivas que les permiten, en algunos casos, desahogar el presupuesto. 


Con o sin crisis, lo cierto es que ahora es más común que las empresas relacionadas con los festejos (como ganaderías, charangas, orquestas, hinchables...) reciban más peticiones de presupuesto que contrataciones. Lo que no quiere decir que en todos los casos se haya reducido el trabajo. 


«Ahora nos toca negociar con las empresas, como con los festejos taurinos. Este año, de hecho, hemos podido aumentar la oferta de 9 a 11 festejos, porque al final todos nos apretamos el cinturón», relata Bolea, alcalde de Zuera.


Las vaquillas, de hecho, han sido unos de los grandes perjudicados estos años. Su contratación, que puede rondar los 1.500 euros por una hora entre la ganadería, seguros y servicios médicos, disminuyó en cerca de un 20% desde 2008, aunque este año también ha tendido a mantenerse. 


«Nosotros lo consideramos como una tradición, y además supone un revulsivo para el pueblo, ya que atrae a más visitantes que dejan dinero en los establecimientos», explica Adrián Gimeno, alcalde de San Juan de Mozarrifar, que también ha mantenido su presupuesto este año.


Como los festejos taurinos, las charangas son consideradas un elemento fundamental en muchas localidades en fiestas. Sí es cierto que algunas han rebajado el caché o el número de integrantes para ser más competitivas, pero en general se sigue apostando por la calidad; y su precio, que parte de unos 600 euros, puede alcanzar hasta los 2.000 por toda una jornada.


Otro de los actos que no faltan a su cita con los festejos patronales son las rondallas de jota (que rondan los 1.500 euros por una hora, según los integrantes), o las discomóviles, éstas como sustitutas o compañeras de la música en directo. De hecho son las orquestas las grandes olvidadas, y las que más han rebajado la horquilla de precios, que varía entre los 3.000 y los 15.000 euros. 


 Los bonos para fiestas, o la colaboración de las empresas locales en el programa siempre ayudan a cuadrar los presupuestos. En cualquier caso, el cese en los recortes puede pronosticar una mejora para el año próximo.