Heraldo del Campo

​Los agricultores esperan un otoño cálido que mejore la cosecha de arroz

?La sequía de 2012 redujo a la mitad las hectáreas sembradas, una superficie que no se ha recuperado en los años siguientes.

Campo de arroz puesto en cultivo para la próxima cosecha en la localidad de Lalueza.
​Los agricultores esperan un otoño cálido que mejore la cosecha de arroz
Patricia Puértolas

El arroz tampoco se ha librado este año de las inclemencias del tiempo en la provincia de Huesca. El cultivo evoluciona este año con retraso, aunque con paso firme, dependiendo eso sí de cada zona. "Está viniendo con retraso, a causa de las bajas temperaturas de julio, donde ha habido además mucho viento", asegura María Carmelo, técnico del Atria (agrupación para tratamientos integrados en agricultura?) de Arroceros de Huesca. Se une además un descenso en el número de hectáreas plantadas, que no llegan para la próxima cosecha a 5.000. "En 2012, a causa de la sequía, se redujeron a la mitad, sin embargo no se recuperaron en 2013", recuerda Carmelo.


Si bien las espigas ya han comenzado a formarse en los campos de localidades productoras como Alcolea de Cinca, se espera "un otoño cálido", que permita llegar a punto a la cosecha, que se prevé comience en torno a la festividad del Pilar. Entre los productores las sensaciones son de todo tipo. Para José Casas, gerente de Agrícolas San Julián, en Torres de Barbués, de momento la evolución campos está siendo tardía, aunque normal, a pesar de los "bruscos cambios de temperatura" que se dan en la provincia de Huesca en la época estival.

Más de 6 toneladas por hectárea

De no producirse incidentes, la media de recolección suele ser, señala Casas, de entre 6,5 y 7 toneladas por hectárea, aunque si son tierras que solo se dedican a este cereal, pueden llegar a recogerse hasta 8,5 toneladas.

Carlos Gastón, responsable de Arroceros Somontano, en Selgua, espera además una mejora en las cotizaciones de la variedad semilargo, una de las que cuenta con más presencia en Aragón. Será además una forma de hacer frente al alto coste que suponen los gastos de producción. "El regadío se ha encarecido a causa de las modernizaciones y los trabajos que se realizan en el campo cuestan también bastante dinero, sobre unos 1.000 o 1.200 euros por hectárea", señala el productor.


Para Rodolfo Bierge, agricultor de Grañén, será "una mala cosecha de precios malos, que no mejorará si no hace más calor". "El precio de la variedad guadiamar ‘semilargo) estaba a 246 euros la tonelada, con lo que no se llegan a cubrir los gastos del gasóleo, maquinaria o los fertilizantes", denuncia el agricultor.


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