Las aragonesas apuestan por ser sus propias jefas

La búsqueda de la conciliación y el actual mercado de trabajo se perfilan con principales causas.

María Jesús Lorente, presidenta de la Asociación Aragonesa de Mujeres Empresarias (ARAME)
Las aragonesas apuestan por ser sus propias jefas

Recientemente, Pedro Sánchez presentaba la composición oficial de su equipo de trabajo, una Ejecutiva en la que, por primera vez, hay más mujeres que hombres y que ha recibido el apoyo de más de 85% del PSOE. Sin embargo, estas cifras tienen poco que ver con la realidad española. Según el último informe publicado en junio por la asociación de agencias de colocación Asempleo, en Aragón, tan solo tres de cada diez puestos directivos están ocupados por mujeres y lo mismo pasa en el ámbito político y social.


La ausencia de mujeres en los puestos de dirección deriva en “decisiones con un rasgo masculino”, por lo que una mayor diversidad se traduciría en más riqueza. Así lo señala María Jesús Lorente, presidenta de la Asociación Aragonesa de Mujeres Empresarias (ARAME), para quien esta es una cuestión de base cultural y social. “Las mujeres representamos el 52% de la población y eso no se refleja en las listas electorales ni en las directivas de las empresas. Todavía se piensa que la mujer no va a dar la talla y que no va a dedicarse al 100% ni a asumir horarios imposibles, sin embargo, está cualificada para hacerlo. Entonces, ¿es culpa de la mujer o de la sociedad?”.


En cuanto al sector privado, Aragón es una de las comunidades que presenta un mayor número de directivas -3 de cada 10- en proporción con tras comunidades. A pesar de estos datos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) España es uno de los países desarrollados con menor porcentaje de mujeres en puestos de responsabilidad en empresas. En marzo de 2014 tan solo representaban un 3,1% del total de ocupadas frente al doble de hombres y, a pesar de que el 60% de las personas tituladas universitarias son mujeres, solo suponen el 14% en los Consejos de Administración  de las empresas IBEX 35.


Estas cifras parecen corregirse levemente en la administración pública donde la mujer está cada vez más presente, sin embargo, en opinión de Lorente, no es suficiente: “El peso específico de la conciliación de la vida familiar sigue recayendo sobre la mujer, por eso es necesario hacer un esfuerzo por acompañar a estas mujeres, para que asuman el liderazgo que les corresponde”.


Lorente es gerente de una consultora, Bioknostic, y asegura que ha vivido en primera persona esta discriminación. “Cuando ocupé mi primer cargo de responsabilidad recibí una llamada en la que me preguntaban por mi jefe. Claro, le tuve que decir que era yo”, recuerda. “Desde luego que no quería ser invisible. Pero para eso es indispensable contar con el apoyo del entorno familiar y de los amigos”, añade.

Emprendimiento, una opción real

Ante las dificultades de inserción laboral tras el parón que supone la maternidad, los problemas para conciliar la vida laboral con la familiar, o la pérdida del trabajo; el autoempleo y el emprendimiento se alzan como alternativas razonables para el colectivo de mujeres aragonesas que apuestan, cada vez más, por convertirse en sus propias jefas. En 2013, más de 300 mujeres recibieron apoyo para sacar adelante sus proyectos empresariales -320 emprendedoras y 11 empresarias- a través del Programa de Apoyo Empresaria a las Mujeres de Aragón (PAEM). El 90% de las participantes tenían entre 25 y 54 años.


Además, según datos de la Cámara de Comercio de Zaragoza, del total de solicitudes atendidas el pasado año en el programa público de asesoramiento ‘Ventanilla Única Empresarial’, el 43% eran de mujeres. En lo que va de año la cifra ya ha superado el 40%. En cuanto a los sectores de actividad, el sector servicios, el comercio y la hostelería siguen triunfando entre las mujeres, lo que demuestra que “sigue habiendo sectores típicamente femeninos, como la estética y el comercio de ropa; y masculinos como el transporte y las reformas”, explica Lorente.


En opinión de la presidenta de ARAME, no es una cuestión de cantidad sino de diversidad atendiendo a las capacidades. “No se trata de que una empresa tenga 200 empleadas mujeres, si luego los cargos de dirección están ocupados por hombres. Incluso en los sectores feminizados, como el del comercio, está demostrado que la mayoría de dependientas son mujeres pero los encargados son hombres”, explica. “La aragonesa actual está muy preparada y motivada para dar el paso al autoempleo, tiene medios, apoyos y apuesta por ser su propia jefa. Esta autonomía es clave para el desarrollo de la mujer”, afirma Lorente.


Según el VIII perfil de la mujer trabajadora publicado por Adecco el pasado mes de marzo, el emprendimiento femenino creció un 1,2% en España el último año. El perfil de la emprendedora se corresponde con el de una mujer de entre 35 y 44 años, con estudios superiores y cuya profesión se encuentra enmarcada en el sector servicios. En el citado estudio aseguran que “una de cada 8 mujeres ocupadas en España el pasado año era emprendedora”, de las cuales, “Una de cada 30 cuenta con asalariados a su cargo”. 

Ese dilema de la conciliación

En cuanto al mapa de ocupación en Aragón sigue mostrando diferencias de género aunque cada vez más reducidas. El 2013, la comunidad alcanzó una tasa de desempleo femenino del 21% frente al 20% masculino según datos del Instituto Aragonés de Estadística (IAEST). Además, la cifra de parados de larga duración superó por primera vez a la de mujeres desde 2008, debido, seguramente, a que los sectores más castigados por la crisis –como la industria o la construcción- han estado tradicionalmente ocupados por hombres.


Otro de los cambios más significativos en materia laboral es la cifra de hombres dedicados a las labores del hogar, que en 2013 casi dobló la cifra de 2006, pasando de 9.000 a 17.000. Sin embargo, la cifra de mujeres sigue siendo notablemente superior, pasando de 168.000 a 198.000 en el mismo periodo. “De repente, el hombre ha perdido su empleo y la mujer se ha convertido en la única fuente de ingresos del hogar, con lo cual se ve obligado a ocuparse de la casa”, explica Lorente.