Descienden un 8% las concesiones de nuevas incapacidades permanentes

Las bajas laborales se han visto reducidas en 1.000 personas al mes respecto a las cifras de 2012.

Descienden un 8% las concesiones de nuevas incapacidades permanentes
Descienden un 8% las concesiones de nuevas incapacidades permanentes
M. Zuera

Por primera vez desde hace más de seis años, el número de personas que tienen en vigor una incapacidad permanente descendió en 2013. Además, en los primeros meses de 2014 se continúa notando esa reducción.


Según datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), los reconocimientos de incapacidad permanente se vieron reducidos en un 8,42%, en comparación con los datos de 2012 en Aragón. "En los últimos tiempos estamos percibiendo que se han incrementado los requisitos que se necesitan para conceder una incapacidad, tanto temporal como permanente", explica Marta Valencia, abogada de la Fundación de Disminuidos Físicos de Aragón (DFA).  De la misma opinión se muestran Rosa y Ana, trabajadoras sociales y miembros de Marea Naranja. "No se han modificado leyes, pero, en general, se han endurecido todas las condiciones que daban lugar algún tipo de prestación económica", señalan.


Otro ejemplo es la reducción en el número de bajas temporales, que han descendido en más de mil personas al mes, es decir, un 10% menos en 2013 que en 2012. Las cifras se disparan cuando se echa la vista cinco años atrás y se comprueba cómo en 2009 había de media 13.125 aragoneses al mes con una baja temporal, mientras que actualmente no llegan a las 8.000.


"Todos estos cambios se producen por un intento desde el INSS de reducir el número de pensiones para que no haya que pagar tanto dinero de las arcas públicas", aseguran desde la Fundación DFA. Para ello, durante los últimos años se han incrementado las altas de incapacidades temporales al cabo de los doce meses. "Se puede realizar una prórroga de 6 meses más cuando se prevé que el paciente puede curarse, sin embargo, casi no ocurre, se intenta que las bajas duren el menos tiempo posible", ejemplifica Valencia.


No obstante, este intento tiene serias complicaciones sobre la salud. "Muchas veces durante estos doce meses no se ha podido conocer el diagnóstico del enfermo debido a las largas listas de espera que existen", sostiene. En el caso de que sí se pueda determinar, también puede ocurrir que no se haya corroborado si ha mejorado la dolencia, al menos, así lo asegura Marta Valencia. Asimismo subraya que cuanto más se tarda en diagnosticar una dolencia más posibilidades hay de que no se pueda solucionar, además de los problemas psicológicos que puede acarrear.


Para llegar a tener una incapacidad permanente es necesario pasar por una temporal durante 18 meses. "Después empiezan los trámites que tardan aproximadamente dos meses, sin embargo, ahora muchas veces las rechazan", expone Valencia. Además, destaca que si se recurre ante el juez, en Zaragoza  pueden existir retrasos de más de un año.


Las denegaciones varían dependiendo de la patología que se sufre. "En el caso de un cáncer o una enfermedad de corazón es mucho más fácil que te den una incapacidad ya que los síntomas son muy claros, sin embargo, cuando se trata de dolores, problemas en la espalda o de reúma es mucho más complicado puesto que es más subjetivo", explica Valencia. 


Estas pensiones se pueden revisar a los dos años, a excepción de que se haya acordado un tiempo menor cuando fue concedida, y es que durante esos dos años se le guarda el puesto de trabajo al afectado. También existe la opción de que sea el propio trabajador el que desee una revisión, bien por mejoría o por empeoramiento de su enfermedad.


Ejemplo de ello es el incremento de personas que ya no tienen una incapacidad permanente en 2013, que ha crecido un 4,17% en el último año. También hay que destacar que en estos números se cuantifican tanto a los que se les ha realizado una revisión como a los fallecidos, sin embargo, ninguno será mayor de 65 años puesto que en ese momento la pensión pasa a denominarse de jubilación, aunque mantenga los requisitos de la anterior.

 Menos pensiones permanentes en vigor

Las pensiones por incapacidad permanente en vigor han ido aumentando durante los últimos seis años, hasta la llegada de 2013. Este año ha sido el primero en el que este número se ha visto menguado. De hecho, casi 200 aragoneses menos tuvieron este tipo de pensión, dato que se ha visto acrecentado con los últimos informes de la primera mitad de 2014. Según las cifras del   INSS, el número de incapacidades permanentes ha vuelto ha descender en más de 100, actualmente, 24.062 personas cuentan con este tipo de prestación.


De ellas, el 3,2% tienen una la gran invalidez -se necesita la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida-, el 40,6% cuentan con una absoluta -impide la realización de cualquier actividad u oficio-, el 55% poseen una total -imposibilita la realización de todas las tareas de la profesión habitual-, el 1% tienen una pensión SOVI -personas que la recibieron antes de 1967- y el resto pertenece a una parcial -no impide el rendimiento normal de la profesión, pero se le ha reconocido una discapacidad igual o superior al 33%-. "Actualmente conseguir una gran invalidez o una absoluta es lo más complicado", detallan desde DFA.