¿Qué fue de las luciérnagas?

Los expertos en la materia aseguran que igual de problemática es la pérdida de una abeja como de una mariposa o un escarabajo.

Unos jóvenes contemplando los insectos del Parque del Agua
¿Qué fue de las luciérnagas?

¿Dónde fueron a parar las mariquitas, las luciérnagas o las mariposas? Esa es la pregunta que muchos se hacen. Algunas de las especies que muchos encontraban hace 20 años de forma habitual son difíciles de ver hoy en día.


Por ello, desde la Unión Europea llevan varios años extremando la vigilancia. En concreto sobre la desaparición de los insectos polinizadores. Su último estudio, publicado el pasado mes arrojaba una mortalidad en las abejas del 10% en los últimos dos años, aunque este descenso bien puede aplicarse al resto de insectos.

Desaparecen las especies


Greenpeace también hizó referencia en un reciente informe:  "El 70% de los principales cultivos de la agricultura española para consumo humano dependen de la polinización por insectos por lo que tres cuartas partes de cultivo alimenticio estaría amenazado por su desaparición. Y en esa situación, Aragón juega un papel importante ya que es, en consecuencia, la cuarta comunidad de España donde más peligran los cultivos de consumo directo".


En concreto, el 17% de las cosechas aragonesas corren el riesgo de desaparecer tan solo por debajo de Asturias, Cataluña y Murcia, según informan desde la organización ecologista.


Antonio Melic, presidente de la Sociedad Entomológica Aragonesa asegura que "la pérdida de organismos que en un principio parecen insignificantes puede hacer que todo el sistema comience a fallar, se trata de un engranaje muy delicado, como un reloj".


Y una de las cuerdas que lo sustentan es el sector de la apicultura. En Aragón hay menos de 1.200 apicultores.


"Las abejas son solo un indicador que nos dice que algo preocupante está ocurriendo en el planeta. Pero ellas son solo una especie más de las muchas que van disminuyendo cada día", explica Alfredo Sanz, director técnico de la Asociación de Apicultores de Aragón y una de las más importantes de España.  Por ello, el ejecutivo concede anualmente unas ayudas al sector que buscan fomentar la investigación y el trabajo de estos profesionales. Este año se han concedido 435.272 euros a repartir entre 174 beneficiarios.


"Tan importante es la pérdida de una abeja como la de cualquier otro insecto. Cada uno juega su papel por lo que hay que darle la misma importancia a todos y ser consecuentes y saber convivir con las especies que nos rodean", explica Sanz. 


Abejas, abejorros, mariposas, escarabajos... todos ellos son insectos polinizadores que mantienen cultivos como el frutícola, el del girasol, algodón o el maíz. En abril del año pasado, la Comisión Europea prohibió el uso de tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides utilizados en estos cultivos precisamente por ser especialmente agresivos con estas especies.


Aún así, organizaciones como Greenpeace siguen exigiendo la retirada de 319 plaguicidas que afectan a las especies polinizadoras y la adopción de medidas que fomenten las prácticas y cultivos ecológicos.

¿Y qué pasa con el resto?


No solo los insectos polinizadores han ido desapareciendo del panorama habitual,  otros como las mariquitas o las luciérnagas son difíciles de ver a no ser que nos desplacemos al campo; y también juegan un papel esencial en el ecosistema. Antonio Melic asegura que no son solo las consecuencias que ello implica sino la terrible pérdida de una pieza fundamental en la diversidad natural de un territorio. "Es como sacar 'Las Meninas' del Museo del Padro", explica. 


La causa principal de la desaparición de estas especies ha sido una vez más el hombre. Desde la Asociación Entomológica aseguran que la urbanización, las especies invasoras, los pesticidas y la contaminación han ido exterminando estas especies que se han visto en la obligación de desplazarse a zonas naturales. Es el caso del escorpión amarillo, una especie habitual en la comunidad y difícil de ver hoy en día.