La venta de alimentos congelados sedispara para aligerar el coste de la compra

También siguen subiendo los productos más baratos, como pollo, arroz, legumbres...La dieta aragonesa es más rica en carne y verdura que la de la media nacional

Un puesto del Mercado Central de Zaragoza
La venta de pollo fresco sigue creciendo en detrimento del vacuno. En la foto, el Mercado Central, ayer

La cantidad anual de comida que compran todos los aragoneses se ha reducido apenas un 1% entre 2008 y 2013. Pero los problemas económicos de las familias sí que han modificado los hábitos de consumo, ya que mientras los productos frescos han ido en línea claramente descendente, las ventas de congelados se han disparado durante estos años. Por ejemplo: el consumo de ternera fresca ha caído nada menos que un 36%, mientras que la compra de carne congelada de vacuno se ha multiplicado (+615%), según los últimos datos para Aragón del panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura.


Esto no solo ha ocurrido con el vacuno, también ha afectado a otros productos cárnicos como las salchichas (las frescas caen un 32% y las envasadas suben un 3%), verduras como las judías verdes (-24% para las frescas y +14% para las congeladas) y un largo etcétera.


José Ángel Oliván, presidente de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), entiende que estos cambios en la cesta de la compra se deben a dos factores relacionados entre sí: la crisis (que ha causado que los ciudadanos vayan a lo barato), lo que ha acelerado a su vez el progresivo cambio en los hábitos de compra, que empezó mucho antes de la llegada de la recesión.


Estas últimas variaciones marcan desde hace tiempo una línea en la que las compras son cada vez menores en número pero mayores en cantidad, lo que está muy relacionado con la falta de tiempo de los consumidores para acercarse a un pequeño comercio o mercado de barrio en favor de las grandes superficies. Y, también, por la creciente preferencia por los productos preparados para aguantar más en el congelador que por los que precisan ser consumidos en un periodo de tiempo menor.


Sin embargo, Julio Pasamón, dinamizador del Mercado Central de Zaragoza, defiende que los cambios producidos entre 2008 y 2013 tienen "muchísimo más que ver con la crisis" que con dicha progresiva variación en los hábitos de compra, entre otras cosas porque esta última está, en principio, más relacionada con los cambios generacionales de los consumidores. "El congelado es por lo general algo más económico. Creo que está creciendo por eso: porque la gente está buscando lo más barato por la crisis", argumenta.


Las percepciones tanto de Pasamón como de Oliván se ven reflejadas en el panel del Ministerio. Ya se señalaba que el consumo de ternera fresca ha caído un 36%, pero la compra de otras carnes no congeladas más baratas que el vacuno sí que están creciendo mucho. Es el caso del pollo (+28%, aunque el congelado experimenta un espectacular aumento del 297%). O también de pescados más asequibles: la merluza fresca desciende un 26%, mientras que los boquerones también frescos suben un 21%. "Cuando alguien tiene que llevar proteínas a casa y apenas tiene dinero, es lógico que compre lo más barato. La diferencia entre la ternera y el cerdo puede ser de unos siete euros por kilo", remarca Oliván, quien también entiende que la crisis es la principal causa de la modificación que ha experimentado la cesta de la compra.


No obstante, el consumo de cerdo ha bajado un poco con respecto a 2008 –al contrario de lo que ha ocurrido con el pollo–, pero esta reducción no llega al 2% frente al casi 9% que experimenta el conjunto de la carne. El cerdo congelado sí que ha subido mucho:nada menos que un 66%.Alimentos de lujo, por encargo

El propio Pasamón señala que hay productos que ya solo se llevan al Mercado Central por encargo porque estos son más caros y se demandan menos. "El besugo blanco se ha convertido en un alimento de lujo, solo para Navidad e incluso cada vez menos –explica–. Aquí ya no está en el mostrador, aunque se trae si algún cliente lo pide".


Otros productos que crecen, se mantienen estables o bajan muy poco –frente a la caída más o menos generalizada de todos los sectores de la alimentación– son las legumbres, el arroz o la pasta. El caso más llamativo es el de las legumbres, ya que aunque apenas suben un 1,2% en su conjunto, las lentejas –una de las más baratas– crecen un 63,9%. Y, además, las lentejas ya cocidas o en conserva se multiplican por cuatro, mientras que las secas solo suben un 12%.


En cuanto a ese debate sobre la calidad del producto fresco frente al congelado, Oliván entiende que "son similares" y recuerda que hay consumidores que compran alimentos frescos que luego congelan. "El procedimiento de congelado, si es bueno, no afecta a la calidad. Lo que hay exigir es que estos productos vengan con información de su origen. Porque lo que los hace más baratos no es el tratamiento, sino fundamentalmente la calidad y la procedencia de la carne", apunta Oliván.


Del informe del Ministerio también se extrae una imagen real de la dieta de los aragoneses. Y más allá del dato de que cada residente compra 684 kilos de comida al año (y gasta 1.571 euros), llaman la atención las diferencias con la media nacional.


Cada aragonés consume al año 18 kilos más de hortalizas frescas que un español medio, siete más de carne, cinco más de frutas frescas e incluso casi un kilo más de pescado y marisco. Mientras, come tres kilos menos de chocolate, 1,6 menos de pan, tres litros menos de agua embotellada...