A pesar de que varios estudios han demostrado que el tabaquismo es responsable de hasta el 15% de los gastos de la Sanidad Pública, también es cierto que el Estado y las Comunidades Autónomas siguen teniendo en el cigarrillo y el alcohol una buena fuente de ingresos. Sin ir más lejos, según los presupuestos de 2014, el Gobierno aragonés recaudará este año más de 162 millones de euros con los impuestos especiales que gravan ambas sustancias.

En concreto, según sus propias estimaciones, la DGA espera recaudar este año 142 millones y medio en concepto de labores de tabaco, 15 por impuestos sobre bebidas alcohólicas y derivados y 4,8 millones por la venta de cerveza. Una suma que supera en más de 10 millones de euros lo recaudado en 2013, y que, entre otras cosas, da para cubrir el gasto que durante este ejercicio efectuará todo el Departamento de Obras Públicas, Urbanismo, Vivienda y Transporte (120 millones) o casi doblar la partida de Industria e Innovación (89 millones).

El motivo de que se haya incrementado la cantidad que se prevé recaudar con respecto al año pasado a pesar de la caída del consumo del tabaco radica, según explican desde la DGA, en la nueva subida de impuestos que el Gobierno central impulsó hace ahora un año sobre los gravámenes al tabaco y el alcohol. Una nueva subida que el fumador notó en que la cajetilla se encareció de media unos 15 céntimos y que consiguió que el Estado y las autonomías mantuvieran, e incluso incrementaran, su recaudación a pesar de que los aragoneses se gastaran el año pasado 8 millones de euros menos a su paso por los estancos.

Más impuestos, menos fumadores

Según un reciente informe publicado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) con motivo del día mundial sin tabaco, España sigue estando a la cola en lo que respecta a recaudación sobre el tabaco. En el estudio 'La Fiscalidad del Tabaco y la Salud', la CNPT afirma que una nueva subida del 10% de los impuestos lograría que al menos un 3% de los fumadores adultos dejaran el hábito, porcentaje que se elevaría hasta el 9% en el caso de los fumadores jóvenes, que notarían más la carga económica.

Según se explica, la fiscalidad sobre el tabaco en España ha sido deficiente debido a que hasta 2006 no se pusieron en marcha los impuestos especiales, unas tasas que estuvieron exentas durante tres años para el tabaco de liar o de picadura.

En la actualidad, el Estado recauda por cada cajetilla (de media unos 4,15 euros) unos 2,60 euros en impuestos, 70 céntimos menos que la media europea (3,30 euros) y muy lejos de países como Francia (4,40 euros) o Reino Unido (5,76).