Una investigación del Servet trata de buscar una prueba diagnóstica para el párkinson

Constata que una tomografía del ojo verifica la pérdida de fibras nerviosas en los enfermos 

¿Sería posible en un futuro confirmar o no el párkinson mirando a través de la pupila de un paciente? Algo que parece ciencia ficción es lo que intenta conseguir un grupo de investigación del hospital Miguel Servet de Zaragoza que ha analizado desde hace cuatro años a 155 afectados por esta enfermedad y, ahora, empiezan a publicarse los resultados.


El estudio, cuya principal investigadora es la oftalmóloga María Satué, ha servido para constatar que mediante una prueba tan sencilla, inocua y barata como la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) –un escáner del ojo sin radiación– se puede verificar y cuantificar la pérdida de fibras nerviosas que se produce en esta enfermedad.


Pero, además, el informe ha permitido confirmar que existe una correlación entre la afectación neurológica por esta patología y el adelgazamiento de la retina. "Es decir, que cuanto más afectada está la persona a nivel neurológico, mayor adelgazamiento en la retina macular encontramos en el paciente", apostilla la oftalmóloga María Satué, que fue reconocida por esta investigación con los premios que el sector II otorgan anualmente a los residentes más destacados en diferentes ámbitos. Además, el trabajo ha sido publicado por una de las revistas más prestigiosas en este campo: ‘British Journal of Ophthalmology’.


Aunque la afección a la retina no implica una reducción de la visión de los pacientes con párkinson, sí que empeora su calidad visual (en cuanto a los contrastes por ejemplo). Aunque una vez dañada o reducida la capa de la retina es imposible recuperarla, lo que se quiere conseguir es que la prueba OCT (este escáner del ojo) se introduzca como "arma diagnóstica para el párkinson". "Podría funcionar como una herramienta más, que junto a otras pruebas y sospechas, como temblores... puedan ayudar a saber si una persona tiene la enfermedad. Una de las grandes pegas que tienen lo pacientes de párkinson es que su diagnóstico es complicado", señala Satué, que aunque ella es la investigadora principal de este proyecto, colabora un equipo multidisciplinar en el que participan especialistas en Óptica, Neurología y Física.


Con esta prueba de OCT inocua y sencilla y aplicando una serie de parámetros y ecuaciones obtenidos tras la investigación, se podría confirmar la patología. No obstante, de momento, el estudio está en fase de investigación y, por lo tanto, no hay plazos previstos para que la OCT pueda generalizarse como prueba diagnóstica, como sí que se ha conseguido en otras enfermedades como la esclerosis múltiple.

Ahora, el estudio avanza y se trabaja ya en una segunda tanda de pruebas a los pacientes para analizar en qué grado y con qué rapidez pierden o se reducen las fibras nerviosas en los enfermos de párkinson en comparación con la gente sana.Más premios

Además de a María Satué, el sector sanitario II también otorgó el premio de Investigación Final de Residencia al psicólogo clínico Javier Prado Abril. Es el primer investigador de un estudio sobre el síndrome del "burnout" (trabajador quemado) desarrollado con empleados de la Universidad (profesores, personal administrativo y becarios). El trabajo dota de consistencia empírica a una conceptualización del burnout basada en perfiles clínicos y cruza las distintas formas de afrontar el estrés con varios subtipos de desgaste profesional.