Los partidos no leen las europeas en clave regional pero apuntan el cambio

Las elecciones europeas han dibujado en España un nuevo mapa político. El sentido del voto europeo, marcado por una demoledora abstención del 54,16% a nivel nacional, no puede extrapolarse al de las elecciones autonómicas y municipales. Pero con estas a la vuelta de la esquina, pues un año en política apenas es nada, los partidos estarían siendo imprudentes si no se hubieran preguntado, al menos, qué podría pasar si en 2015 los ciudadanos tampoco se dejan convencer por los programas de los partidos tradicionales y las nuevas formaciones vuelven a sorprender.

Todos los sondeos previos a las elecciones apostaban porque la clave de bóveda de las elecciones del domingo sería la abstención. No fallaron, pero resultó que además los ciudadanos decidieron otro tipo de construcción, con más de una arista a tener en cuenta.

Estas fueron, sobre todo, el desplome del Partido Popular y del Partido Socialista, el impulso de Podemos y los importantes empujones que recibieron partidos como Izquierda Unida, UPyD,  Equo o Ciudadanos. Un esquema que se dio a nivel nacional y que también se repitió en muchas comunidades autónomas, entre ellas Aragón.

Este lunes fue día de balance en las sedes de los partidos políticos. Con los resultados en la mano, todos advirtieron los cambios pero pocos consideraron que fueran una 'avanzadilla' de lo que puede pasar el año que viene.

El análisis de los partidos aragoneses

"El PP tiene que tomar nota de que ha ganado las elecciones en el peor momento", opinó Octavio López, el secretario general del PP en Aragón, quien añadió que bajo su punto de vista los resultados de las europeas "no se pueden extrapolar ni sociológica ni estadísticamente".

"No tienen nada que ver ni en materia ni en fondo, tampoco en el sistema electoral, pues la circunscripción es única y todas las listas comienzan a rentalibizar los apoyos desde el primer voto", abundó López, que consideró que partidos sin "infraestructura ni aparato de partido" podrían tener muy difícil obtener representación, aunque no dio por seguro ningún resultado.

De similar parecer es Juan Martín, secretario general de Chunta Aragonesista. "Tradicionalmente no ha habido simetría entre las europeas y el resto de elecciones, los ciudadanos no votan con las mismas referencias en ambas", opinó.

"Las europeas han supuesto el desmoronamiento absoluto de PP y PSOE", valoró Martín. "Todos los partidos han de tener ahora la suficiente humildad para dialogar, cooperar y consensuar con otras fuerzas. Es el principio del fin de la alternancia", sentenció.

En el escenario político resultante de las europeas tienen un papel importante Podemos y UPyD. La formación liderada por Pablo Iglesias no sabe si se presentará o no a las elecciones del año que viene: este tipo de cuestiones las toman en asambleas abiertas que aún no se han celebrado. "Dudo mucho que se decida que no yayamos a los próximos comicios", dijo Pablo Echenique, eurodiputado electo por Podemos, que advirtió tajante: "No hemos nacido para dar un susto ni para hacer palanca, sino para echarles del poder".

Por su parte, Carlos Aparicio, coordinador territorial de UPyD-Aragón, se mostró convencido de que su partido mejorará sus registros. "Tenemos mucho recorrido para crecer. El 8,53% que hemos sacado en las europeas en Aragón a día de hoy no lo firmo para las autonómicas", señaló.

Aparicio también quiso valorar los apoyos que recibieron PP y PSOE. "Estoy seguro de que no van a sacar en los próximos comicios el 49% de los votos como el domingo, pero tampoco tendrán el 70% que poseen ahora", explicó. 

Más censo y menos participación

Hasta 467.183 personas se acercaron a las urnas el domingo en Aragón. La abstención, del 53,06%, cayó con respecto a 2009 pero eso no se tradujo en más votantes porque el censo creció este año.

El desencanto también puede medirse con el porcentaje los votos nulos y los votos en blanco, pues durante la campaña circuló de móvil a móvil y a través de las redes sociales un mensaje anónimo que animaba a votar nulo, pues la abstención y el voto en blanco, decía el texto, favorecía a las grandes formaciones.

En cualquier caso, aunque las formaciones analicen las europeas e implementen los cambios que pide la ciudadanía, si el mapa político nacional y autonómico cambia en 2015 solo podrán decidirlo las urnas y, hasta entonces, todo serán cábalas.