Mainar, condenado por el crimen de Fago, ingresa en la uci del hospital de Santander

Dos compañeros de la celda en la prisión de El Dueso lo hallaron y dieron la voz de alerta a los funcionarios

Santiago Mainar, en una foto de archivo al salir de la Audencia de Huesca en diciembre de 2009.
Santiago Mainar, en una foto de archivo al salir de la Audencia de Huesca en diciembre de 2009

?Santiago Mainar, el zaragozano condenado a 20 años y nueve meses de cárcel por el asesinato en 2007 de Miguel Grima, alcalde de Fago, ingresó ayer en la unidad de cuidados intensivos (uci) del hospital Marqués de Valdecilla de Santander.

Dos compañeros de celda descubrieron a primera hora que Mainar "estaba en coma" y dieron la alerta a los funcionarios del centro penitenciario de El Dueso, según explicó su hermana Marisa. Tras reanimarlo fue trasladado al centro hospitalario, donde fue estabilizado. Fuentes hospitalarias indicaron que Mainar "estaba aturdido" pero consciente y que evolucionaba favorablemente.


Fuentes penitenciarias precisaron que el interno fue encontrado "desorientado", no en coma, por un compañero y fue trasladado al médico del centro de El Dueso, y de allí al hospital. Estas mismas fuentes indicaron que se había avisado al familiar de referencia del interno, que es su hermana Marisa. Pero ella explicó que se había enterado por la radio a las 14.00 y tras llamar al hospital, donde no pudieron informarle debido a las normas de protección de datos, el director le facilitó información.


Mainar fue trasladado del centro penitenciario de Zuera al de El Dueso hace casi tres años, el 16 de junio de 2011, para superar los problemas de alimentación que tuvo al comer solo manzanas. En diciembre de 2009, el interno conoció el fallo en el hospital Miguel Servet, donde ingresó por una supuesta huelga de hambre y ante la alerta que dio el preso con quien compartía celda ante la posibilidad de que ingiriese pastillas.


Marisa Mainar explicó ayer que su hermano está en mejores condiciones en la prisión de El Dueso que en Zuera y que un educador del centro le hace un seguimiento continuo. "Mi hermano no quiere dar información a nadie y ha firmado un documento. No habla porque sufre mucho y sabe que es un marrón para la familia. Estar en una cárcel es un horror y no quiere que nosotros lo pasemos mal", manifestó Marisa Mainar.


La hermana lo visitó el pasado mes de septiembre y lo vio "bien" de aspecto, aunque la conversación familiar suele girar "sobre el tiempo". Explicó que la revisión médica fue "normal", pero que "un infarto puede darle en cualquier momento, por el estrés que pasa y por el disgusto que sufre, se encuentra rabioso", agregó.