Renfe aún no tiene fecha para ampliar los trenes regionales pactados hace casi un año

El convenio, que sigue sin firmarse, recogía la incorporación de cinco trenes por sentido en días laborables a Alagón, Huesca y Lérida para paliar los recortes, pero "no hay novedades"

El tren eléctrico 470. Reutilizado tras ser retirados de los Cercanías de Madrid y Barcelona, la compañía cobra 366.079 euros a la DGA.
El tren eléctrico 470. Reutilizado tras ser retirados de los Cercanías de Madrid y Barcelona, la compañía cobra 366.079 euros a la DGA

El Gobierno de Aragón vendió que iba a paliar el recorte de los trenes regionales tras pactar un convenio con Renfe, pero casi un año después ni siquiera se ha firmado y solo se ha cumplido a medias. El acuerdo establecía su aplicación en dos fases, pero nada se sabe de la segunda, que debía entrar en vigor este año previa negociación y aprobación de una adenda. De esta forma, los servicios anunciados desde Zaragoza a Alagón, Huesca y Lérida quedan en vía muerta. "No hay novedades", llegaron a manifestar fuentes oficiales de la compañía ferroviaria.


Lo peor es que esto se une al conjunto de agravios acumulados tras la negociación del convenio: los horarios siguen sin ajustarse a la demanda real pese a las protestas (solo se hizo un apaño en algún caso), los vetustos trenes asignados a las líneas de Aragón han dejado de parar en decenas de estaciones sin ni siquiera recortar los tiempos de viaje como justificación. Y para colmo, los retrasos se han convertido en algo crónico en los viajes entre Zaragoza y Teruel.


Pese a las constantes referencias a la transparencia por parte de la presidenta Rudi, fuentes oficiales de la Consejería de Obras Públicas de su Gobierno se negaron a dar ningún tipo de información sobre la marcha del convenio y, específicamente, acerca de la inaplicada mejora del servicio de regionales que se pactó con Renfe. Desde la DGAse limitaron a señalar que se sigue "trabajando" con la compañía "en la mejora del servicio" y recalcaron que habían logrado el objetivo más importante, el mantenimiento de una parte de los trenes que se iban a suprimir.La excusa oficial


Obras Públicas adujo que la mejora del servicio está supeditada a una serie de "cuestiones técnicas" relacionadas con la red ferroviaria, que no quisieron detallar pese a la petición expresa de este diario. El convenio comprometía a la DGA y a Renfe a "analizar la conveniencia de prestar" cinco servicios adicionales de interés para la Comunidad, en todos los dos casos en días laborables, de lunes a viernes, y en ambos sentidos: uno de Zaragoza-Delicias, dos a Huesca y otros de Zaragoza-Miraflores a Alagón.


La cláusula indica expresamente que cualquier mejora requerirá la aprobación de una adenda al convenio y aclara que el servicio se iniciar a partir del 1 de abril de 2014, "en la fecha en la que Renfe-Operadora pueda incorporar las mejoras previstas en la prestación de los servicios ferroviarios". A estas alturas, no hay ni la más mínima previsión.


La situación deja en entredicho las declaraciones del propio consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, quien declaró el 16 de julio de 2013 que el convenio incluía una "segunda fase de mejora que se implantará en la primavera de 2014".


Los horarios y paradas adicionales de estos trenes se debían pactar antes de iniciar su explotación, pero tampoco se aportó mucha información desde Renfe. Oficialmente señalaron que no había "novedades" al respecto de los nuevos servicios y añadieron, a través de un correo electrónico, que las conversaciones con el Gobierno autonómico se están desarrollando "con total normalidad y avanzando en todas sus previsiones". Sin embargo, no aclararon si los viajeros podrán subirse finalmente a los regionales comprometidos ni en qué fecha y lo harán si finalmente se cumple el convenio ferrroviario. Para ello, la operadora se remitía una y otra vez a la frase escrita en el correo.


La realidad es que los horarios siguen sin ajustarse a la demanda como han denunciado los usuarios y los sindicatos ferroviarios desde que se aplicaron los recortes en julio de 2013, además de los retrasos crónicos que sufren los viajeros de la línea de Teruel sin que se tomen medidas.


Una de las medidas más cuestionadas ha sido la supresión de las paradas en los pequeños municipios sin que ellos hayan supuesto siquiera que los convoyes tarden menos tiempo en hacer el trayecto total. Así ha ocurrido en las líneas de Canfranc, Calatayud y Alagón. La medida impide a los vecinos afectados poder viajar en tren en el día, por lo que tienen que recurrir al autobús.Un coste de 13,2 millones

La situación llevó a la plataforma en defensa del ferrocarril a cuestionar la "falta de peso" del Gobierno de Aragón para negociar con Renfe. Desde la Consejería se insiste en que han logrado, al menos, reducir el número de servicios regionales suprimidos. Eso sí, las menguadas arcas autonómicas tendrán que hacer frente al pago de 13,2 millones de euros para garantizar la prestación de los servicios subvencionados hasta finales del próximo año. Lo que no se sabe es cuánto dinero se ahorrará el Gobierno de Aragón si finalmente los cinco nuevos trenes diarios comprometidos para este año no llegan a circular, ya que en el convenio no se refleja.