La crisis frena la innovación en Aragón y se pierden 800 plazas de investigadores

La falta de subvenciones afecta al sector de I+D+i que, sin embargo, se resiente menos que en otras comunidades

La empresa biotecnológica Farmbiocontrol exporta soluciones al mundo desde Ejea de los Caballeros.
La empresa biotecnológica Farmbiocontrol exporta soluciones al mundo desde Ejea de los Caballeros

I+D. Innovación. Transferencia de conocimiento. Spin off. No hay discurso de futuro que no incluya alguna de estas palabras. Y, sin embargo, no hay suficiente inversión en el presente para lograr que formen parte del discurso del mañana. Los últimos datos sobre las empresas aragonesas públicas y privadas que apuestan por crear soluciones y, más en concreto por la I+D (es decir, por investigar y crear después un producto concreto y útil en el mercado) revelan que el sector sigue sin remontar, aunque Aragón mantiene el tipo frente a otras comunidades consiguiendo buenos resultados en indicadores como la intensidad de la innovación, que relaciona el gasto en investigación y desarrollo (I+D) y la facturación derivada de él.


En 2012 (último año del que existen datos cotejables) hubo unos gastos internos en Aragón en I+D de 312,79 millones de euros: 147, 97 en el sector público –Universidad y Administración Pública– y otros 164,8 en el privado. Pero esta inversión fue un 16% inferior a la de solo dos años antes, cuando se destinaron 374,2 millones de euros a este fin. Además, otro indicador es el que muestra que las compañías con actividades innovadoras en general también decrecen: las 730 que figuran en el último censo son muchas menos que las 985 que lo hacían en el de 2009. Aunque el dato es claramente mejorable, también es cierto que Aragón tiene un buen porcentaje de compañías innovadoras (casi un 30% del total) con respecto a la media nacional, que es del 26%. Dentro de ellas hay de todo tipo, desde ligadas a la universidad hasta enfocadas a la agricultura, la hostelería, el negocio inmobiliario o la construcción.


Sería injusto, también, ignorar a todos los equipos que no cejan en su empeño por avanzar en este sentido, así como el contexto en el que se produce, ya que la situación de Aragón forma parte de una tendencia nacional: en el año 2009 había en España 30.014 empresas con actividades innovadoras, frente a las 18.077 del 2012. Es decir, la destrucción en el conjunto del país ha sido mucho más profunda, si cabe, que la sufrida en la comunidad autónoma.Pérdida de talento

La crisis, una vez más, parece estar detrás de este bajón. Muchas empresas se han visto obligadas a cerrar en los últimos años y las convocatorias públicas destinadas a la investigación han sufrido retrasos de bulto. Además, y aunque aún no se conocen los datos del año pasado, pocos confían en que reflejen una foto menos gris. "Una de las principales causas de este descenso es que muchas convocatorias públicas se han visto retrasada o diezmadas. Gracias a ellas, los investigadores del sector público y privado lograban a menudo iniciar y mantener sus proyectos", explica Rosario Osta, directora del Secretariado de Transferencia e Innovación Tecnológica de la Universidad de Zaragoza. De hecho, las universidades han atravesado un desierto en el que no ha habido más opciones que pedir prórrogas y hacer lo posible con un dinero que, sobra decirlo, escasea.


Hace solo unos meses, la secretaría de Estado de I+D+i anunció que reedita sus planes para el fomento de la investigación básica en España con un paquete de 382 millones de euros orientados a dos partidas. La primera, bautizada como I+D Excelencia, será para proyectos sin una orientación específica, pero con un especial potencial para abrir nuevas vías en la ciencia y mayor impacto internacional. En segundo lugar, se apoyarán proyectos orientados a la resolución de una serie de retos sociales, desde la salud y la energía hasta la defensa o la seguridad alimentaria.


"Han sido y siguen siendo unos años difíciles. Antes, cuando un investigador terminaba su tesis doctoral era más fácil que accediera a un contrato, y ahora es muy complicado. Es muy duro dejar marchar todo ese talento", explica Osta. La buena noticia es que, con la ayuda del Departamento de Industria del Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza vuelve a organizar este año el programa spin up y start up, destinado a la creación de empresas a raíz de grupos de investigación y también del conocimiento de los alumnos. Se potencia así una transferencia real entre el conocimiento surgido en la institución académica y su aplicación a la vida diaria. La visión de la responsable académica coincide con los datos estadísticos sobre el número de investigadores dedicados a la I+D en Aragón, tanto en empresas como en el sector público, y que han pasado de ser 4.883 en el año 2009 a caer a los 4.093 en el 2012.Un entorno "hostil"

En esta apuesta por la investigación tiene mucho que decir también la empresa privada que, además, hace una autocrítica valiente. "La investigación, de por sí, conlleva un riesgo y una apuesta", explica Rubén Santos, al frente de la empresa Nanoinmunotech, desde la que lideran en Aragón, por ejemplo, la búsqueda de una vacuna para la cistitis. "La I+D es un entorno hostil, y claro que se trabaja en actividades de conocimiento que están en la frontera de lo público y lo privado y que, cuando falta financiación, se resienten. Pero no todo parte de la falta de dinero público, también hay empresas que en el escenario actual destinan menos recursos a investigación porque se ven ahogadas por la crisis", explica Santos. "No obstante, se están haciendo las cosas bien y el carácter conservador aragonés ayuda a que tampoco haya una caída de la producción estrepitosa si varía la situación económica", valora.


De hecho, varios empresarios consultados coinciden en que la política del departamento de Industria de la DGA es mucho más generosa con la investigación que la de sus homólogos de otras comunidades, aunque no ocultan lo evidente: no hay dinero suficiente.


Otras voces urgen que el mundo de la investigación sepa escuchar las demandas de la sociedad para proporcionar herramientas aplicables y reales, algo en lo que por ejemplo se trabaja desde Arahealth, el clúster aragonés que agrupa a algunas de las principales firmas especializadas en salud en la comunidad.Alternativas posibles

No obstante, el reto de aportar algo nuevo al mundo es difícil. Por eso, surgen nuevas iniciativas a mayor o menos escala. Además de las convocatorias promovidas por Industria y Universidad de Zaragoza, se han creado fondos de inversión colectiva y empresas de capital riesgo cuyo objeto principal consiste en la toma de participaciones temporales en compañías que se espera que tengan un crecimiento superior a la media.


Otra opción en boga es el ‘crowdfunding’, un mecenazgo social que hace que los particulares inviertan dinero y ayuden a lanzar la iniciativa. Hace unos meses se sumaron a esta financiación los arqueólogos del proyecto ‘Naufragio en tu piscina’, avalado por la UZ y la Unesco, entre otros. Ellos lograron superar su objetivo (9.000 euros) para llevar su trabajo, una réplica del yacimiento arqueológico subacuático más antiguo del mundo, de piscina en piscina.