Los fondos captados por el campus para investigación caen un 60% en tres años

El recorte en las ayudas nacionales
y autonómicas
ha hecho bajar en picado la inversión
La Universidad alerta de que
en los laboratorios
falta personal
y materiales.

La Universidad de Zaragoza captó en 2013 cerca de doce millones de euros procedentes de convocatorias autonómicas, nacionales y europeas de investigación, un 60% menos de lo que conseguía en 2010 (más de 28 millones). Esta caída responde principalmente al recorte que desde el inicio de la crisis han sufrido los programas de I+D locales y estatales. En concreto, el campus aragonés recibió en 2010 unos 23 millones de Aragón y del Estado, mientras que el año pasado solo llegó a 8,4 (sin contar ayudas para infraestructuras). Por su parte, los fondos internacionales cayeron un 30% (pasaron de 5 millones a 3,5).


El campus alerta de que estos recortes estructurales han debilitado el sistema de I+D aragonés e impiden que se trabaje con los estándares de calidad exigidos. Asimismo, recuerdan que a la tijera se suman los problemas coyunturales: «Las convocatorias nacionales (para conseguir fondos) se están retrasando mucho. Tanto que, por ejemplo, aún no se ha resuelto la que tenía que haber empezado en enero. Y todavía no ha salido la que debería haber estado lista en diciembre. Al recorte en los presupuestos se suma un desfase en las convocatorias y en las ejecuciones que hacen que la situación sea más grave», explica el vicerrector de Política Científica, Luis Miguel García Vinuesa.


Con las ayudas europeas, los investigadores se encuentran en lo que popularmente han denominado «la travesía del desierto» o «el valle de la muerte». Esto hace referencia a que el séptimo programa marco de investigación 2007-2013 ha terminado y hasta el siguiente –llamado Horizonte 2020– hay una laguna, un periodo sin proyectos.

El responsable universitario explica que los efectos ya se ven en el campus. Cuenta que hay grupos de investigación que llevaban años solicitando proyectos y consiguiendo fondos sin problemas y que ahora están sin ayudas. «El efecto de los recortes está siendo tremendo», apunta.


A pie de laboratorio, los recortes ocasionan a los científicos «serios problemas» para trabajar porque están bajo mínimos, les falta personal o no tienen suficiente material fungible. Entre estos se encuentran algunos laboratorios de Química en los que se racionan los materiales que se necesitan para los experimentos, facultades como Veterinaria donde cuesta llegar a pagar la comida de los animales o departamentos con aparatos costosos de mantener o de reparar que tampoco disponen de suficiente presupuesto para utilizarlos en las condiciones óptimas.


«Se nota en todas las áreas. Quizá es más visible en las que cuentan con un equipamiento experimental avanzado y tienen unos costes de mantenimiento más altos. Es verdad que estos partían de presupuestos más fuertes, pero al no poder reparar máquinas o no disponer de fungibles no tienen nada que hacer», argumenta el responsable universitario. Insiste, no obstante, en que el efecto abarca a todas las áreas. Como ejemplo, explica que las Humanidades están «sufriendo y muchos» recortes en bibliotecas ­–entre otros– «que les complican la labor».

¿Cómo se ve el futuro?

Las Universidad de Zaragoza confía en que, desde el punto de vista europeo, termine pronto esa «travesía del desierto» y se retome la senda de la inversión. Pero a nivel autonómico y nacional, surgen las dudas. «En Aragón parece que hemos tocado fondo, pero ese fondo es muy fondo. Ahora toca recuperar. Desde el punto de vista nacional, las promesas son de que vamos a empezar a retornar a la financiación, pero todo está en manos de Hacienda y nadie nos da datos precisos. No sé si hemos tocado fondo o no pero estamos muy hondos», argumentó el vicerrector de Política Científica.