Un equipo aragonés, finalista en un concurso de la NASA

Los cuatro ingenieros aragoneses compiten con su robot contra otros 24 equipos internacionales hasta este lunes.

Nació en Zaragoza, pero puede llegar muy lejos. El robot OpenCuriosity, un proyecto creado por un grupo de ingenieros aragoneses, participa en el concurso de la NASA 'International Space Apps Challenge', que busca los mejores proyectos relacionados con el espacio.


Hasta este lunes todo el que quiera puede ayudar a estos ingenieros a conseguir el primer premio. A través de Twitter, se pueden mandar mensajes de apoyo al proyecto. El que más 'tuits' consiga será el ganador de los 25 que han llegado a la final internacional. El reto es difícil, pero no imposible. "Hemos llegado a estar los primeros a nivel mundial y ahora somos los segundos o tercero", asegura Carlos Sicilia, uno de los ingenieros que participa en el proyecto.


OpenCuriosity es, como su nombre indica, un robot basado en el Curiosity, el vehículo espacial que explora Marte. Con una diferencia: que OpenCuriosity está basado en el acceso abierto, por lo que científicos de todo el mundo podrían utilizarlo para obtener mediciones del planeta rojo o para hacer contribuciones con nuevas aplicaciones.


"Hace dos años, la empresa Nanosatisfi creó un satélite de libre acceso y la empresa en la que trabajaba participó con una placa de medición. Y pensamos que el siguiente paso era aplicarlo en un planeta", explica Luis Martín, otro de los miembros del equipo, junto a Luis Ignacio Frisón y Alejandro Gallego.


La idea ya estaba, pero faltaba un par de empujones para llevarla a la práctica. En marzo pasado llegó el primero, durante el Arduino Day, un evento sobre la placa de código abierto. En el evento se conocieron los cuatro ingenieros y empezó a tomar forma.


Carlos aportó su réplica del Curiosity real, que había elaborado durante unos 8 meses. A la maqueta no le falta un detalle: tiene un láser que permite pulverizar pequeños trozos de madera, una cámara, un portaherramientas con un taladro... "Lo construí basándome en el modelo real. Fue complicado, porque lo hice a partir de fotos. De las medidas, solo conocía el diámetro de las ruedas", explica.


El robot prácticamente nació en su casa, con horas robadas al descanso después de trabajar o los fines de semana. Para Carlos, se trata de un hobby. "Empecé de crío, haciendo maquetas y robots", recuerda. Aunque en este caso le ha salido un poco caro. "Lo he hecho ahorrándome muchas cervezas. Ha costado entre 3.000 y 4.000 euros, no he hecho las cuentas para no darme un susto", reconoce.


El precio es elevado, y eso a pesar de que la maqueta está hecha en aluminio y acero, por lo que no podría viajar al espacio, donde las radiaciones estropearían sus equipos más sensibles. Sin embargo, los materiales necesarios son demasiado caros, imposibles de financiar sin ninguna universidad ni empresa detrás.


El pasado mes de abril llegó el momento de presentarse al concurso de la NASA. Una de sus sedes era Zaragoza, lo que les terminó de animar. "El año pasado se presentó un amigo mío en Madrid, pero ir allí para no llevarte nada..." explica Luis. Sin embargo, no solo consiguieron el premio del público, sino que la NASA los reconoció como el mejor proyecto en el uso del Hardware en Zaragoza.


De aquí pasaron a la fase internacional, junto a 500 grupos de ingenieros y lograron pasar hasta la final. "Estamos muy contentos, estamos compitiendo con universidades rusas y estadounidenses, que tienen muchos más medios que nosotros", asegura Carlos.


"El reconocimiento de la NASA ya es suficiente", subraya Luis. El premio todavía no se conoce, aunque podría estar relacionado con un viaje a la sede de la agencia espacial en Pasadena. "Me haría muchísima ilusión, desde niño me ha gustado mucho el espacio y me encantaría ver despegar un cohete o como se realiza", reconoce Carlos. Aunque todavía les gustaría más ver realizado su sueño: "democratizar el espacio, que la gente le pierda el miedo".