Pese las críticas que ha recibido por parte de profesionales y pacientes, el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, continúa defendiendo los incentivos (de hasta 12.000 euros) que el Salud quiere ofrecer a los médicos de Familia que ahorren en recetas.

En una respuesta a una pregunta del grupo de Izquierda Unida en las Cortes, el consejero de Sanidad asegura que la productividad ligada a farmacia «ha existido desde tiempos del Insalud y es una práctica habitual en todas las comunidades». «El nuevo pacto de farmacia establece unos incentivos económicos mayores para valorar el esfuerzo realizado por cada uno de los profesionales que presenten una mayor calidad de prescripción», destaca Oliván.

En ese sentido, el responsable de Sanidad afirma que España es el segundo país que más gasta per cápita en medicamentos. «Además, en Aragón el gasto por cada receta que se prescribe es superior a la media del Sistema Nacional de Salud y el consumo es superior a otras comunidades en las patologías prevalentes (como protectores gástricos)», explica. Estos datos, según su opinión, sugieren «un uso inadecuado de los recursos, que además puede conllevar distintos problemas relacionados con los medicamentos». «En definitiva, un incremento de atenciones sanitarias prestadas por yatrogenia (daños producidos por la propia terapia médica)», advierte.

El consejero concreta que «no tiene ningún sentido usar un protector gástrico que cuesta 8 veces más que otro sin que haya demostrado que para la mayoría de los pacientes presente una mejor eficacia o usar estatinas (usadas para disminuir el colesterol) en pacientes con bajo riesgo cardiovascular».

Los facultativos, por medio del sindicato de Atención Primaria (formado por Fasamet y Cesm), han mostrado su oposición a incentivar económicamente a los profesionales por el cumplimiento de objetivos en farmacia. De hecho, presentaron un documento en el Salud rechazando esta medida.