Luis Montaner: "En Burdeos hablaba francés, pero con acento aragonés"

Luis fue emigrante durante ocho años en Francia y a su vuelta encontró una Huesca muy cambiada.

Luis Montaner, en la iglesia de San Lorenzo, en la que le bautizaron
Luis Montaner: "En Burdeos hablaba francés, pero con acento aragonés"

Luis (Huesca, 1935) no llegó a pasar una década fuera de su Huesca natal, pero ese tiempo en Francia le marcó mucho. "Hasta que se murió una amiga, íbamos cuatro o cinco veces al año a Burdeos", indica Luis. Allí llegó con su mujer y sus tres hijos después de vivir un par de años en Sabiñánigo, donde trabajó como soldador de aluminio.


Su historia fue como tantas otras: "Un compañero me dijo 'vente a Francia' y nos fuimos a Burdeos". Vivían en un barrio rodeados de españoles. "Una vez, en el cine, preguntaron por 'monsieur Clément' y contestaron: "¡Ah, sí, el extranjero!", recuerda entre risas. La mayoría eran exiliados, que habían llegado en los años 30, como un refugiado de Belver de Cinca. "Pero algunos no hablaban francés. Yo lo aprendí, porque tengo facilidad, pero hablaba con acento aragonés", explica.


En Burdeos hicieron buenos amigos, tanto españoles como franceses. Luis llegó a ser considerado como 'trabajador altamente cualificado', por lo que tuvo que dirigir a un grupo de empleados, muchos franceses. "Alguna tontería hicieron, pero no hay que dejarte amargar y contestar irónicamente", apunta Luis.


Allí vivían a gusto, viniendo en vacaciones. "Cuando pasábamos Pau empezábamos a cantar jotas. A la vuelta, yo iba llorando". La familia les convenció para que retornasen. "Yo volví contento, pero mi mujer no". La España de finales de los 60 no se parecía demasiado a lo que dejaban atrás. "Aquí se trabajaban diez u once horas, pero no se hacía lo que en Francia en ocho", explica. Además, las ayudas familiares de las que disfrutaba al otro lado de los Pirineos, en este no existían.


Aunque Huesca tampoco era la de un lustro antes. "Las charradas con los amigos, el tomar algo en el bar? Cuando volví, eso ya no me lo encontré. Cada uno hacía su vida, en las casas había televisión? era completamente distinto", asegura. Lo que sí encontró fue un trabajo, ya que se hizo socio de su hermano en Talleres Montaner, donde trabajó hasta que se jubiló. Un retiro que aprovecha para viajar y visitar a los amigos franceses y españoles que conoció en sus años de emigrante.