Una mala pesadilla

Era una mañana de primavera estaba tomando un café en el bar de siempre, leyendo la prensa local, cuando abro las páginas de deporte leo, que el Real Zaragoza está luchando por no descender a Segunda División B, que han cambiado de entrenador, que la directiva está reñida con el dueño del club, que nadie quiere al dueño, que la Romareda no llega ni a un tercio de afluencia de público, que la deuda del club supera los 100 millones de euros, que se debe dinero a jugadores, que fichamos jugadores de Segunda División B.


De pronto noto como me abofetean la cara: "Despierta, despierta. ¿Estás bien? Sí, te has desmayado me dijeron mis amigos zaragocistas. Normal,  dijo mi amigo Luis, la emoción, el alcohol y el golazo de Nayim desde el medio campo nos ha dejado a todos inmerso en un sueño, empiezo a reaccionar 10 de mayo de 1995, estoy en el Parque de los Príncipes en París, acabamos de conquistar la Recopa de Europa, y suspiro de alivio menos mal que solo fue una mala pesadilla, esto no podría pasar jamás con mi querido Real Zaragoza. Mi campeón REAL ZARAGOZA.