Reconstruyendo sueños

Nuestro ejército había logrado importantes victorias por toda la Península, incluso habíamos recibido varios galardones del Rey. Después, habíamos conseguido pasear con orgullo nuestro nombre por todo el Continente, donde alcanzamos la gloria frente a los potentes cañones ingleses.


Entonces, llegó él. Un nuevo comandante que nos prometió más y mayores éxitos. Quiso traer soldados con grandes salarios creyendo que un buen castillo de naipes se hace con cartas caras. Pronto se daría cuenta que hace falta pulso para montarlo y por eso quiso valerse de antiguos capitanes de los años gloriosos. Sin embargo, las derrotas fueron amontonándose durante varios años y la luz del final del túnel ya era más pequeña que nuestras propias pupilas.


De repente la noticia estalló y volvió a hacer latir los corazones de todos los maños. Víctor Muñoz era el nuevo entrenador de nuestro equipo. Ahora sólo cabía esperar que nuestras pesadillas fuesen poco a poco viéndose rodeadas y abatidas por nuestros sueños.