El amanecido

A Eduardo Buenaventura le conmutaron su pena de muerte porque el día que debía ser ejecutada nunca amaneció. Como en un capítulo de 'Cien Años de Soledad', en San Gil del Jiloca el 14 de septiembre de 1900 no se puso el sol.


La sentencia de muerte decía "para el cumplimiento de la pena capital se le dará muerte por garrote al amanecer del 15 de septiembre en la plaza mayor". Desde entonces la iglesia tuvo el suceso por milagroso y se celebran las fiestas patronales en honor de Eduardo el Amanecido.


Eduardo murió de viejo asido a las manos de su mujer en otro amanecer de no hace tanto tiempo. Ahora, un siglo después de aquella noche que nunca llegó, en las fiestas patronales los jóvenes pasan días sin dormir por el milagro del vino y la música, esperando que un año de estos en San Gil no vuelva a anochecer.


Más Información en National Geographic Magazine, Enero de 190; Heraldo de Aragón, 18 de Septiembre de 1900 y Ministerio de Cultura.