El fracaso del déficit obliga a Rudi a hacer una crisis de Gobierno en año preelectoral

El consejero de Hacienda, José Luis Saz, presenta su dimisión y la presidenta nombra al diputado Campoy. La responsable de la DGA niega que este relevo suponga «en absoluto»una tacha para su gestión

Javier Campoy, a la izquierda de la imagen, y su antecesor, José Luis Saz
Javier Campoy Monreal, nuevo consejero de Hacienda de Aragón

Tercer consejero de Hacienda en tres años. El fracaso del déficit ha obligado a la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, a hacer su segunda crisis de gobierno esta legislatura –un año antes de las elecciones– y sustituir al consejero de Hacienda, José Luis Saz, por el diputado autonómico y secretario general del PP de Zaragoza, Javier Campoy. En una comparecencia de urgencia, Rudi dio ayer a conocer los cambios en su ejecutivo después de que Saz le presentara su dimisión el miércoles, pese a haber declarado que se sentía con «fuerzas» para seguir.


Los relevos también se extienden a segundos niveles. Tras los anunciados el pasado jueves del gerente del Salud y el de los sectores I y II, ayer se sumó el de la directora de Presupuestos, María Rosario Carnicer que, de momento, no tiene sustituto a la espera de que Campoy designe a alguien. Le podría seguir la interventora, Cristina Quirós. Rudi, no obstante, rechazó destituir al responsable de Sanidad, Ricardo Oliván, pese a que el desfase reconocido por la DGA reside en el gasto sanitario y sí se han producido destituciones en su departamento. «No he entendido que fuera necesario», dijo.


Un perfil político


Rudi, reacia a las crisis de gobierno, ha decidido apostar por un perfil más político que técnico para asumir la responsabilidad de Hacienda en un año complicado. Campoy tendrá que elaborar un severo plan de ajuste, tratar de que el modelo de financiación autonómica que se está negociando perjudique lo menos posible a Aragón y diseñar los últimos presupuestos del gobierno PP-PAR. «Es una persona adecuada para acometer la última parte de la legislatura», defendió Rudi, que destacó sus conocimientos jurídicos.


Respecto a Saz, la presidenta respaldó su gestión al frente de la consejería tras la salida de Mario Garcés en diciembre de 2011. Le agradeció el esfuerzo que ha realizado y que ha dado «sus frutos» pese al incumplimiento del déficit, pero no aclaró si lo hubiera destituido si no hubiera presentado su cese. «No me planteo situaciones que no se han dado», justificó Rudi.


Pese a los cambios, negó que estos supongan «en absoluto» un reconocimiento del fracaso de su gestión (el déficit de 2013, dogma de las políticas de Rudi, se ha disparado en 254 millones y obliga a aplicar recortes) e insistió en negar los datos de Hacienda y reconocer solo un desfase de 81. Explicó que había hablado con el ministro Montoro e insistió en que los ajustes de contabilidad no siempre tienen el mismo efecto y que en esta ocasión, habían supuesto un problema para Aragón porque la cifra que se deja de reconocer es «muy importante» (96 millones).


«Mi rigor sigue en vigor»


Rudi tampoco consideró que el rigor que se le presupone en la gestión de las cuentas se haya visto afectado: «Mi rigor sigue en vigor», defendió. De hecho, calificó esta millonaria desviación como «un tropiezo» y destacó su actitud «transparente» por haber informado a las Cortes del incumplimiento del déficit.


Eso sí, pasó de fijar la consolidación fiscal como un objetivo prioritario a definirlo como «una condición necesaria pero no suficiente». Y de garantizar que cumplirá el objetivo del 1% de déficit de este año a comprometerse a «procurar mantenerlo». No en vano, el Ejecutivo autonómico tendrá que aprobar en las próximas semanas un plan de ajuste de al menos 100 millones. Ayer, no avanzó nada, salvo que sus prioridades son el mantenimiento de los servicios sociales y la reactivación económica. Explicó que a partir de mañana (por hoy) se revisará programa a programa de las cuentas (previsiones de ejecución, plazas vacantes...) para localizar partidas ajustables.