Un conato de rebelión en el Consejo de Gobierno

Varios consejeros amagaron previamente con cuestionar la gestión de Saz ante la presidenta, pero finalmente nadie se atrevió.

El incumplimiento del déficit –dogma que ha articulado y sustentado todas las políticas del Gobierno de Rudi– está haciendo mella en el seno del Ejecutivo autonómico y pudo acabar en una rebelión interna el pasado martes en el Consejo de Gobierno. Pero al final, todo quedó en un conato.

Varios consejeros amagaron el día anterior con poner en evidencia la gestión de su homólogo de Hacienda, José Luis Saz, y señalarle como culpable del fracaso del déficit (incluso no se descartó que alguno pidiera su dimisión). Pero finalmente, nadie se atrevió a hablar.

De hecho, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, comenzó su intervención instando a solucionar el problema entre todos, con lo que neutralizó cualquier posible crítica. Pero lo cierto es que el malestar es generalizado dentro del Ejecutivo. No en vano, los consejeros van a tener que asumir nuevos recortes en un presupuesto ya constreñido y sin apenas margen de ajuste. Y con ello, enfrentarse a nuevas críticas ciudadanas y políticas y al consiguiente desgaste político. Pero hay otra deriva.

El incumplimiento del déficit no solo ha puesto en cuestión al consejero de Hacienda. También a otros compañeros de Consejo de Gobierno que no han contribuido a evitar el fracaso del desfase entre gastos e ingresos de 2013. Por un lado, en Sanidad, donde la DGA focaliza buena parte del exceso del gasto y del desvío registrado. Sin ir más lejos, contabilizan 124 millones de euros de desajuste. Y, por otro, las áreas de Economía e Industria, cuya gestión hasta ahora no ha conseguido reactivar la economía suficientemente como para mejorar los ingresos de la Comunidad.

El malestar y sobre todo la incertidumbre se han extendido también a los segundos niveles, donde ya han comenzado los relevos.