La amante compartida

Tres cajas, sólo tres cajas recogen los pedazos rotos de mis años con él. Intento recomponer mi vida como si de un puzzle se tratara pero siempre me falta la pieza central, siempre me falta él. No puedo pensar, no puedo respirar, la ira me ciega y con fuerza incontenible lanzo el marco con su fotografía contra la pared. Un ruido seco acompaña su caída sobre una baldosa vieja y descolorida. Está hueca, la levanto con curiosidad casi infantil.


Belchite, 22 de Julio de 1.937


Querida Pilar:


espero que al recibo de la presente te encuentres bien.


Así comienzan las cartas amarillentas que hallo bajo la baldosa. Las leo ávidamente aunque con el pudor inevitable de quien se asoma a la ventana de los sentimientos ajenos. Y por las palabras de Luis conozco a Pilar y por las respuestas imaginarias de Pilar entiendo a Luis. Con ellos viajo a un pasado en el que tantas parejas tuvieron a su amante compartida, la guerra. Pero en esa ocasión, Pilar ganó y la amante perdió pues la despedida en todas fue “Tuyo siempre, Luis”.