Inspiración

La primera vez que apareció, quedé extasiado. Fue en el mes de Octubre, poco después de las fiestas del Pilar. Había visitado a mis padres y, de nuevo, me encontraba en Cantavieja.


Como digo, su presencia, sublime, me enamoró.


Sus palabras, sus giros…un estilo inconfundible.


Me colmó hasta el punto de que todo pasó a segundo plano. Ahora, lo que creaba era bello. Muy bello.


Temía su marcha. Me angustiaba pensar lo desvalido que iba a quedar sin ella.


Una mañana, sin dar tiempo, siquiera, a suplicar que se quedara, se esfumó.


Quedé sumido en el hastío. La rutina volvió a invadirme.


De vez en cuando me visita. Siempre cuando menos la espero.