La Fiesta

Dos años fuera y otro cumpleaños imposible celebrar en casa.


Había preparado la fiesta, aquí en Sídney la gente era fría pero no importaba. El bar estaba repleto, Mr. Patrick muy amable me había cedido la salita del fondo donde una gran pantalla emitía vídeos musicales. Al llegar un HAPPY BIRTHDAY sonó en el local, la pantalla se apagó las luces bajaron su intensidad, en un instante con jotas de fondo imágenes de mi querida Zaragoza comenzaron a iluminar el salón. Lágrimas y lágrimas brotaron de mis ojos cual cascada y al momento mi hermana y su familia aparecieron con una enorme caja. Imposible contener tanta emoción, frutas de Aragón, rosquillas, adoquines, incluso frascos de borraja se amontonaron sobre la mesa.


El mejor cumpleaños jamás soñado. Sé que permanecería lejos por un tiempo, pero cada vez que mi corazón se sintiese triste, el vídeo tan perfectamente preparado me arrancaría una sonrisa y me daría fuerzas para seguir. Mi gente, mi tierra y mis costumbres seguirían conmigo.


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