Joyeros conectados para acabar con los pequeños hurtos

Un sistema avisa al instante a los propietarios de otros robos sucedidos en la ciudad.

La Policía registra una joyería zaragozana tras un atraco
Joyeros conectados para acabar con los pequeños hurtos

Dos clientes entran en una joyería en un breve lapso de tiempo. Aparentemente no se conocen, pero sus movimientos están milimétricamente orquestados: mientras uno de ellos entretiene al dependiente haciéndole buscar joyas, cadenas o relojes, el otro aprovecha el descuido para sustraer cualquier objeto de valor que esté la vista.


Este modus operandi es el más habitual en los pequeños hurtos que vienen sufriendo los propietarios de las joyerías y relojerías aragonesas. Las bandas no atacan los establecimientos de forma aislada, sino que buscan aumentar el botín sumando pequeños robos consecutivos, visitando varias joyerías de una misma zona en apenas unas horas.


Para cortar de raíz esta práctica, los más de 60 establecimientos zaragozanos que integran la Asociación de Joyeros y Relojeros de Aragón han comenzado a utilizar un sistema con el que, una vez se han percatado del hurto (o tras un atraco), dan un parte inmediato que llega tanto a la Policía como al resto de empresarios del sector.


A través de este método, todas las tiendas asociadas reciben un mensaje en el móvil con los datos más relevantes del suceso: cuántos cacos han intervenido, cuál era su aspecto físico y en qué zona han perpetrado el delito. "Es importante poner en aviso a los otros propietarios -apuntan desde la asociación-, porque puede evitar que los ladrones hagan la típica 'ronda'".


En la agrupación aragonesa de joyeros confirman que los robos se han venido intensificando a lo largo de la crisis. Sólo en 2013, el montante total de todos los objetos robados en la Comunidad alcanzó los 843.841 euros. A nivel nacional, según los datos aportados por la Asociación Española de Joyeros, Plateros y Relojeros, el pasado año hubo 709 delitos de esta naturaleza en todo el territorio nacional. Un año antes, tuvieron lugar hasta 875.


Este descenso está directamente relacionado con la caída del volumen de negocio del que adolece el sector. Las pérdidas acumuladas por todas las joyerías españolas con motivo de los robos y atracos a lo largo de 2013 ascienden hasta los 18,8 millones de euros.


Dos butrones en un año


Más allá de los pequeños hurtos, el sector se lamenta especialmente de los dos butrones perpetrados en la capital aragonesa el año pasado, una cifra muy poco habitual (un único butrón ya se sale de lo común). El primero de ellos tuvo lugar en Conde Aranda, y en él los ladrones accedieron al establecimiento a través del primer piso del inmueble, llevándose numerosas joyas.


El segundo sucedió muy cerca, a escasos metros, en la avenida de César Augusto. El proceso fue similar, pero las consecuencias fueron más allá de la pérdida de género: el comercio tuvo que echar el cierre.


Doble crisis del sector


Casi 100 joyerías, relojerías, platerías y bisuterías han cerrado sus puertas en Zaragoza desde 2010 como consecuencia de un fuerte retroceso en el consumo. Las joyas han sido tradicionalmente la marca del status social, algo que hoy ha cambiado. "Las joyerías sufren una doble crisis", subrayan desde la Asociación. A la crisis general, se le añade la propia del sector, que arrastran desde hace más de una década. "Ha habido un cambio en los gustos: antes se compraba como inversión y ahora se busca el diseño y los materiales no preciosos", concluyen.


La mayoría de las joyerías zaragozanas tienen productos de gama media y son familiares. Durante generaciones han pasado de padres a hijos, una herencia que cada vez más veces se acaba rechazando.