El programa aragonés de Atención Temprana da servicio actualmente a 1.387 niños de entre cero y seis años con alguna discapacidad o riesgo de padecerla, 732 de los cuales se incorporaron a lo largo de 2013.

Este programa, que es universal y gratuito, aspira a que estos niños puedan alcanzar las mayores cotas de autonomía posibles desde pequeños y les ofrece servicios de estimulación, psicomotricidad, fisioterapia y logopedia, además de poner a su disposición la atención de trabajadores sociales, neurólogos, médicos rehabilitadores y psicoterapeutas que estudian y tratan cada caso de forma individualizada.

La prestación del programa responde a una red público-privada, de forma que algunos niños son atendidos en los centros de base del IASS y otros en entidades acreditadas. Este año, en Aragón, 1.032 niños reciben esta atención en fundaciones sin ánimo de lucro concertadas para ello y solo 352 lo hacen en los centros propios del IASS.

En las encuestas, fundaciones y padres coinciden en calificar el programa como "muy completo" pero critican que el servicio termine a los seis años de edad, "pasando del todo a la nada de un día para otro".

Prevenir la dependencia

Pilar Villarocha, coordinadora del servicio de Atención Temprana de la Fundación Down (que atiende este año a 200 niños), asegura que son muchas las familias que viven con "angustia" que sus hijos se acerquen a la edad límite de los seis años. "En gran parte de los casos la necesidad de atención permanece pero los recursos públicos se limitan a los que se proveen en los centros escolares. Aquellos para los que no es suficiente, tienen que recurrir a los recursos privados".

Esta profesional opina que el servicio público y gratuito no debería terminar a la misma edad para todos los niños, ya que parte de ellos necesita estos estímulos durante más tiempo, algunos, incluso, durante toda su vida. "La Administración debería pensar que ampliar el programa ayudaría a prevenir situaciones de mayor dependencia en el futuro".

Los casos que se tratan mediante la Atención Temprana son de lo más variados e incluyen trastornos de tipo físico, psíquico o emocional, entre otros. El grueso de las atenciones suelen ser niños con retraso madurativo -como trastornos del lenguaje- o autismo.