"Esta ayuda te afloja un poco la cuerda que tienes atada al cuello, pero no te la quita"

Beneficiarios de la Renta Activa de Inserción (RAI) coinciden en señalar que esta ayuda alivia un poco su situación económica pero no es suficiente para su reincorporación al mercado laboral.

Imagen de una oficina del INAEM en Zaragoza
Solo el 20% de los parados mayores de 45 años solicitan la Renta Activa de Inserción
ASIER ALCORTA

?Ya no me acuerdo de los años que llevo en el paro?, se lamenta Miguel, zaragozano de 53 años de edad. ?He trabajado en todo. En la construcción, en el campo... Hasta me hice autónomo y abrí un puesto en el mercado, pero no salió bien?, afirma. Miguel, con un 37% de minusvalía reconocida, cobra la Renta Activa de Inserción (RAI) desde hace meses.


Miguel cuenta que cuando acude a firmar su demanda de empleo, cada tres meses, le revisan si sigue cumpliendo con todos los requisitos para recibir la RAI. Además, charla, "durante unos diez minutos", con su tutor personal sobre las perspectivas de trabajo, un requisito necesario para cobrar la prestación. Este zaragozano afirma que esta ayuda, como el resto de prestaciones por desempleo, se vigilan muy de cerca. ?A poco que se comete alguna irregularidad, la retiran?, señala.


?Tengo dos hijos mayores pero tampoco están muy bien. Lo que no he querido nunca es que ellos pasen hambre por ayudarme a mí?, explica Miguel, ?lo que esta ayuda me permite es no depender de ellos?. ?Con los 426 euros compramos la comida de casa cada mes y mi mujer suele hacer ollas grandes de comida para estirar un poco más y que de ahí podamos comer todos?, dice Miguel.


Manuel (nombre ficticio) es otro desempleado de larga duración que cobra la RAI. A sus 47 años, lleva desempleado desde que estalló la crisis económica. Antes de 2008 trabajaba en la construcción.


"No me voy a quejar de esta ayuda porque es menos que nada, pero es cierto que hay meses que apenas tengo para comer", se lamenta. Manuel vive en un piso compartido. Los gastos del alquiler y de las facturas a medias a veces le suponen más de la mitad de la cuantía de la RAI.


Los voluntarios de Marea Naranja Aragón intentan ayudar a Miguel y Manuel en todo lo que pueden para hacer más llevadera su delicada situación. A veces son vales de comida, otras simplemente asesoramiento para poder reincorporarse a un mercado laboral que ya hace demasiado tiempo que se olvidó de ellos.