Subvenciones y ayudas, armas para fijar la población

Cada vez más ayuntamientos y comarcas de Aragón ponen facilidades a las empresas en forma de subvenciones o descuentos en alquileres.

Polígono industrial de Calatayud
Subvenciones y ayudas a empresarios, armas para fijar la población

Las importantes tasas de paro de muchos municipios aragoneses ponen en peligro la permanencia de su población, especialmente la más joven, que busca nuevas oportunidades laborales en otros puntos de la geografía aragonesa, española o europea.


La prioridad es clara: generar empleo. Los métodos empleados para lograr este difícil objetivo varían en función del municipio o de la comarca. Muchos de ellos están emprendiendo en los últimos años diferentes medidas con el fin de atraer el interés de empresarios que generen puestos de trabajo.


Algunas localidades, como Fraga, han creado viveros de empresas en pleno centro. Otras han optado por crear ordenanzas que regulen y promuevan subvenciones directas para emprendedores que generen trabajo, como es el caso de Barbastro. Las ayudas para la generación de empleo -casi siempre temporal- a través de subcontrataciones constituyen la principal baza de las comarcas, como ocurrió el pasado año en la de Teruel.


Se trata de medidas a veces poco efectivas, pero que en ocasiones se traduce en trabajo duradero. Un claro ejemplo es el de Calatayud, donde el cierre de la planta de Kimberly Clark el pasado año dejó en la calle a más de 200 trabajadores. Un fuerte mazazo del que el municipio zaragozano se recupera poco a poco. Consciente de la necesidad de dar un empujón a la creación de empleo para evitar un batacazo poblacional, el Consistorio ha puesto en marcha desde entonces varias medidas para favorecer la actividad comercial.


La que quizá haya resultado más importante ha sido la bonificación en los alquileres de espacios municipales a las empresas que se comprometan a crear y mantener puestos de trabajo. "Proponemos una serie de descuentos en los arrendamientos de las naves industriales, proporcionales al número de empleos que cree la empresa", explica Rafael Rincón, concejal de Industria y Hacienda de la localidad.


La empresa más importante en beneficiarse de esta medida fue la multinacional española GSS, dedicada a actividades de 'call center'. El proyecto ha llevado 145 nuevos puestos de trabajo al polígono de la Charluca de Calatayud, distribuidos entre teleoperadores, supervisores y administrativos. "Y en septiembre seguramente se van a crear más", subraya Rincón.


Aunque el concejal reconoce que algún propietario particular de naves industriales se ha quejado de cierta "competencia desleal", el edil considera que "es necesaria la colaboración municipal en la creación de puestos de trabajo" y que "renunciar a un dinero por un alquiler resulta en este caso necesario, ya que para un ayuntamiento lo prioritario no es ganar dinero".


Igual que en otros municipios, Calatayud también ha destinado varias partidas presupuestarias para subvencionar la actividad empresarial. "El año pasado se beneficiarion más de 30 empresarios que abrieron pequeños comercios como fruterías, despachos de seguros... recibieron 2.500 euros, cuya inversión tenían que justificar del mismo modo que se les exigió una permanencia mínima de un año. Acabamos con lista de espera y este año ya estamos preparando una nueva convocatoria", indica Rincón.


Otro importante gasto del Consistorio a lo largo del año pasado fue la subvención de 100.000 euros que recibió la empresa Indeplas (dedicada a la producción de piezas de plástico para automóvil). "Su inversión para instalarse en Calatayud fue de medio millón. Nosotros colaboramos con una importante cantidad, pero nos aseguramos de que mantuvieran los 24 puestos de trabajo que se han creado durante al menos cinco años", justifica el edil. También los comercios bilbilitanos con cierta trayectoria pudieron beneficiarse de ayudas para la renovación y modernización de sus locales.