Aragón

El paro entre los discapacitados aragoneses toca techo tras crecer un 8% en el último año

La tasa de paro de larga duración supera el 59% en este colectivo. Afecta especialmente a mujeres con minusvalías físicas.

El colectivo de discapacitados se ha encontrado siempre con trabas para acceder al mercado laboral. La crisis no ha hecho más que agravarlas, provocando que el paro registrado entre los aragoneses con algún tipo de discapacidad superara en el tercer trimestre de este año, por primera vez, los 3.000 desempleados, tras crecer un 8,09% respecto al mismo período del año pasado.


Concretamente son 3.005 los registrados en las listas del paro de la Comunidad que tienen reconocida algún tipo de minusvalía: la mayoría (40,6%) tienen una discapacidad física. Por detrás se encuentran las psíquicas y sensoriales. Esta cifra es la más alta desde que la crisis y su interminable interminable destrucción de empleo arrancara en el año 2008.


El problema del paro es especialmente grave si se atiende al tiempo que pasa entre que un ciudadano visita por primera vez una oficina del Inaem y consigue una nueva oportunidad laboral. En 1.785 casos (que suponen un 59,4% del total) ya se ha superado el año de espera, por lo que han pasado a ser parados de larga duración. Un problema que atañe al 66,64% de los mayores de 44 años.


El secretario general de CERMI-Aragón, José Antonio Bes, achaca este notable incremento no solo a la coyuntura económica, sino también a "la supresión de puestos de trabajo en los centros especiales de empleo". Una situación que habría afectado especialmente a "los minusválidos físicos y mentales".


De entre todos los perfiles posibles, Bes destaca el de las mujeres con minusvalías físicas como el que más trabas encuentra para lograr colocarse. El 51,31% de ellas están desempleadas.


Existe, además, otro factor que funciona como "muro" a la hora de rubricar un contrato. "El entorno rural es especialmente complicado. A las barreras físicas de muchos municipios se suma la necesidad de desplazarse varios kilómetros a diario entre la vivienda y el trabajo".


Ayudas a la contratación


Un aspecto que el secretario general de CERMI considera fundamental es "la necesidad de que las instituciones pongan facilidades a la hora de contratar". "No solo tenemos que encontrar nichos de empleo y puestos accesibles, sino que a veces nos encontramos con empresas reticentes. Cualquier persona discapacitada con una buena preparación puede trabajar igual que los demás".


Las principales medidas que el colectivo de discapacitados defiende es la adjudicación de un volumen adecuado de contratos públicos a centros especiales de empleo y velar por que las empresas de más de 50 trabajadores cumplan la ley y contraten, como mínimo, a un 2% de personas con discapacidad.


"La DGA -señala Bes-, no debería permitir el acceso a sus concursos a las empresas que no cumplan con el cupo de contratación. De esta forma se atajaría el problema en buena medida".