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Agricultura

Aragón se queda sin arroz

Las hectáreas dedicadas al cultivo del arroz en la Comunidad se han reducido a la mitad en apenas dos años, una circunstancia que podría derivar en la extinción de un sector implantado desde hace 70 años.

El cultivo de arroz podría desaparecer de la comunidad si no se adoptan medidas
Aragón se queda sin arroz
EFE

Hubo un tiempo en el que el arroz era un elemento intrínseco de la agricultura aragonesa. La producción en la Comunidad estaba avalada internacionalmente e invertir en el cereal resultaba rentable. Aragón era el tercer productor de este alimento básico en España y el sector estaba consolidado, teniendo un peso importante en la industria arrocera valenciana o dando lugar a la creación de cooperativas autogestionadas. Pero ya no queda nada de eso. En apenas dos años las hectáreas dedicadas a este cultivo han pasado de rozar las 14.000 a quedar lastradas a apenas 7.700.


La sequía que asoló Aragón en 2012 hizo que muchos arroceros tuvieran que replantearse su actividad, intentando salvar la situación implantando otros productos o, en los peores casos, rendirse a las condiciones del tiempo. Las pérdidas solo en las comarcas de Los Monegros o Las Cinco Villas ascendieron a más de 50 millones de euros. Las asociaciones agrícolas pensaron entonces que el sector se recompondría de cara a la siguiente temporada. Pero eso no ha ocurrido.


"El sector arrocero en Aragón adolece de muchos males más allá de la sequía del último año y la muestra es que este año, pese a que ha llovido en abundancia, los arrozales han seguido decreciendo", explica Fernando Luna, portavoz de ASAJA Aragón, asociación que lleva tiempo señalando las dificultades de la siembra de este cereal, cuyos campos se encuentran distribuidos principalmente en las comarcas del Bajo y Medio Cinca y Los Monegros en Huesca, y en las Cinco Villas en la provincia de Zaragoza.


Un sector "condenado"

Los factores que explican la pérdida de este cultivo son varios. En primer lugar, el sector está sufriendo la falta de un relevo generacional que dé continuidad a los campos ya implantados, los cuales resultaban cada vez menos rentables. En solo cinco años el precio del arroz se ha devaluado casi un 40%, hasta cotizarse actualmente en torno a los 250 euros por tonelada como resultado de la presión de los mercados internacionales y la competitividad de los países exportadores.


Además, la productividad de la tierra ha descendido hasta mínimos históricos obteniéndose solamente una media de 5.000 kilos de arroz por hectárea. "La rentabilidad ha descendido por las continuas dificultades que hay para desarrollar este cultivo en España", dice Luna, que explica que en los últimos años se han prohibido productos que ayudaban a mantener los arrozales libres de plagas.


"La siembra de arroz en Aragón está condenada si no se hace nada", sentencia el representante agrícola, quien además comenta que éste es un problema que no solo afecta al arroz, sino al conjunto de la agricultura aragonesa, ya que las más de 7.000 hectáreas perdidas tienen una difícil reconducción hacia otro cultivo debido a sus índices de salinidad, los cuales prácticamente solo son aptos para el cultivo del cereal.


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