Carreteras

Seis carreteras podrán tener tramos a 130 km/h cuando se apruebe la nueva ley

La autovía de Madrid (A-2) y la Z-40 reúnen ya los requisitos que exige el anteproyecto sobre Tráfico y Seguridad Vial

Autovía Mudéjar
Seis carreteras podrán tener tramos a 130 km/h cuando se apruebe la nueva ley
HA

Seis carreteras que discurren por Aragón podrán tener tramos a 130 km/hora cuando el Gobierno central apruebe la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial, algo que está previsto para antes de final de año. Serán la autovía Mudéjar (A-23), la Huesca-Lérida (A-22), la autovía de Madrid (A-2), el Cuarto Cinturón o Z-40 y las dos autopistas estatales, la AP-68 y la AP-2.


Todas ellas reúnen los criterios que va a exigir la Dirección General de Tráfico (DGT) para aplicar el aumento de velocidad. Las vías habrán de tener, entre otra muchas variables, un trazado y un estado de pavimentación óptimos, lo que hace descartar, según diversas fuentes consultadas, que ciertas autovías que atraviesan la Comunidad, como la A-68, puedan convertirse en vías rápidas.


No obstante, el aumento solo se aplicará "en determinados tramos y de forma temporal". Esto significa que si por ejemplo las condiciones meteorológicas no son las ideales (niebla, lluvia, nieve, viento…) seguirán rigiendo los 120 actuales. El procedimiento escogido para avisar al conductor no será un simple cambio de la señalización vertical, sino que la decisión de aumentar el límite se comunicará a través de los paneles informativos digitales colocados en algunas carreteras.


Así las cosas, todo indica que serán solo las seis carreteras mencionadas las que se beneficien de la nueva medida. Esto no conlleva que en todos sus tramos se vaya a poder circular a 130 ya que, además de todo lo anterior, se va a exigir en ellos un índice contrastado de seguridad y de baja accidentalidad.


Dos de estas carreteras tienen en este sentido más posibilidades. Son la A-22 y la A-23. Según un reciente estudio de seguridad vial de la fundación Mapfre, la primera de ellas tiene uno de los tramos de carretera más largos de España en el que no se ha producido ningún accidente mortal en al menos los últimos cinco años (en concreto, de 75 km). También la A-23 tiene otros tres tramos en los que en el último lustro no ha muerto ningún conductor o pasajero (destaca uno de 46 km en la provincia de Teruel).


Pero hay un problema. En principio, las carreteras que no cuenten con paneles informativos digitales no podrán aspirar a tener tramos de 130 km/h. Tampoco podrán hacerlo aquellas cuyos pórticos no estén gestionados por la DGT. Requisito que, a priori, impediría implantar tramos de 130 km/h en cuatro de las mencionadas vías rápidas: en la autovía Huesca-Lérida, porque no se ha instalado todavía ningún pórtico en el tramo aragonés; y en la autovía Mudéjar y las dos autopistas estatales (AP-2 y AP-68), porque hay paneles pero no los administra la DGT (sino Fomento y Avertis).

Sin cambios

Las zonas que ahora tienen limitaciones de velocidad inferiores a los 120 permanecerán tal y como están, ya sea por la existencia de curvas peligrosas, túneles en los que por seguridad se obliga a ir más despacio o ser autovías de montaña, donde el mal tiempo es habitual y el trazado es más complejo.


De ahí que, cuando esté terminada la A-23, será casi imposible que el nuevo puerto de Monrepós sea una zona a 130. En cuanto a la A-21 (Pamplona-Jaca) en sus tramos aragoneses, estos también se descartan por ahora porque, según fuentes consultadas, se trata de una vía en construcción en la que hay entradas y salidas constantes de autovía a carretera convencional y viceversa, "lo que desaconseja ampliar la velocidad por seguridad".


Por último, en lo que se refiere a la autovía de Madrid, la DGT se ha fijado en el tramo Zaragoza-Alfajarín. En todo caso, el aumento en esta vía estará muy restringido por las deficiencias en el trazado entre la capital aragonesa y Madrid, pese a que se han hecho reformas importantes en los útlimos años.