Fauna

El quebrantahuesos vuelve a volar alto en Aragón

Tras 20 años de recuperación, la población de quebrantahuesos en Aragón se ha consolidado como la más grande de Europa, sirviendo como punto de partida para extender el ave por el resto del país.

Un ejemplar de quebrantahuesos
Un ejemplar de quebrantahuesos

Lento pero seguro. Así se podría definir el proceso que ha llevado al quebrantahuesos a doblar su población reproductora en los últimos 20 años, pasando de las 38 parejas registradas en 1994 en el Pirineo aragonés, a las 80 que habitan a día de hoy en la provincia de Huesca y que empiezan a extenderse por el pirineo navarro y catalán. Un incremento constante de más del 4% anual que ha devuelto a las montañas aragonesas una de sus especies más características.


El quebrantahuesos, considerada una de las aves más amenazadas de Europa, fue catalogado como especie en peligro de extinción en España después de que su población en el resto del continente se viera mermada de forma sistemática en los últimos 50 años, encontrando en las escarpadas montañas de Huesca su último reducto.


"Entre los años 40 y 70 el Estado pagaba por matar quebrantahuesos", explica Juan Antonio Gil, presidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ). "Todas las aves carroñeras eran mal vistas, y se inició una campaña de exterminio que redujo su población de forma drástica".


La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, fundada en 1995 con sede en Zaragoza, ha trabajado desde hace casi dos décadas en la recuperación de la especie, ayudando a que esta simbólica y delicada ave realice su particular vuelo del fénix.


Una especie de ciclos largos

"Se puede decir que estamos satisfechos, el quebrantahuesos es un ave que por sus condiciones puede encontrarse con muchos problemas para salir adelante, por lo que cada nueva cría es un éxito", explica el presidente de FCQ, que señala que la longevidad del ave, que puede llegar a vivir 40 años, hace que sus ciclos reproductivos sean muy dilatados en el tiempo, ampliando las posibilidades de que las futuras crías se queden por el camino.


En Pastriz, la Fundación gestiona desde 2008 el Centro de Cría del Quebrantahuesos en Aislamiento Humano, unas instalaciones donde cada año se vela por la incubación y eclosión de los huevos que estas aves no pueden sacar adelante. Un proceso "meticuloso y complicado" que puede extenderse más de 120 días.


De Aragón al mundo

De ese proceso de cría nació en 2012 Atilano, el último ejemplar de quebrantahuesos catalogado, que fue liberado en los Picos de Europa para que fuera la pareja de Deva, una hembra asturiana.


"Ahora estamos intentando extender la especie a otras zonas", comenta Gil, que valora positivamente las colaboraciones que se han establecidos entre los gobiernos aragonés y asturiano. "El quebrantahuesos hace 50 años se extendía por prácticamente todos los macizos montañosos del norte de la península, por lo que no debemos caer en intentar reservarlo para una comunidad u otra, simplemente trabajar para que la población se siga extendiendo".


Y es que, en su particular viaje, el quebrantahuesos no ha dejado de encontrarse con las dificultades propias de una especie a la que le cuesta ver como su entorno cambia. Amenazas como la caza, la persecución indiscriminada o el envenenamiento, han dado paso en los últimos años a nuevos peligros, como los tendidos eléctricos, o la explotación turística y la práctica de deportes de montaña en su entorno. Cuestiones, "que deben ser tratadas con cuidado", para que este particular y exclusivo animal siga formando parte del paisaje de los Pirineos.