Aumenta el número de necesitados

Crece el 30% las familias atendidas por Cáritas

La organización dice que 2011 fue un año "malísimo" y el 2012 apunta a peor. Cáritas Diocesana de Zaragoza subraya que la crisis económica está "cronificando la pobreza".

El número de familias atendidas y de ayudas económicas que Cáritas Diocesana de Zaragoza ha aportado entre enero y agosto de este año se ha incrementado un 30 por ciento en ambos casos respecto al mismo periodo del año anterior, ante una crisis económica que está "cronificando la pobreza" ya que las personas "tienen pocas opciones de empleo y de salir de la situación en la que están". 


El director de Cáritas Diocesana de Zaragoza, Carlos Sauras, se ha pronunciado así en rueda de prensa, tras firmar con la directora de la Obra Social de Caja Inmaculada (CAI), María González, la renovación de un convenio de colaboración para desarrollar un programa de acompañamiento domiciliario destinado a personas y familias en situación de dependencia sociosanitaria.


Carlos Sauras ha explicado que 2009 fue un año "duro", en el que se duplicó en Cáritas el número de personas atendidas, mientras que en 2010 se mantuvieron las cifras, con un pequeña bajada en el número de familias asistidas. El año 2011 ha sido "malísimo" y el 2012 "apunta a que superará el 2011, tanto en cuantía económica como número de familias atendidas".


Hay un "panorama preocupante" ya que la "dureza de la crisis" hace que la pobreza "se cronifique para muchas personas" y sea "más extensa y más intensa" y "no vemos que baje", sino que se mantendrán mientras "no haya un horizonte de cambio", que, además, "a la gente más pobre tardará más en llegar", ha argumentado Sauras.


Ha agregado que por parte de las Administraciones las políticas contra la exclusión siempre han sido "la parte más pobre" de los presupuestos, algo que ha quedado de manifiesto "sobre todo durante la crisis, cuando las necesidades han sido mayores" y "han fallado las ayudas urgentes", "falta liquidez" a la hora de apoyar y ha habido "recortes" en la asistencia sanitaria.


En relación con esta última, el director de Cáritas Diocesana de Zaragoza ha comentado que una vez que hay personas que están en el país, las Administraciones competentes "no pueden mirar para otro lado" por lo que, a su entender, es una situación que "hay que solucionar".


Ha añadido que "la parte positiva" es el crecimiento del número de voluntarios y también de las donaciones privadas, que superan el 66 por ciento del presupuesto de Cáritas en el ámbito nacional, cifra superior en el caso de Cáritas Diocesana de Zaragoza, donde hay 7.000 socios, tras el aumento experimentado desde que comenzó la crisis, con un "rejuvenecimiento" tanto en los socios como en los voluntarios.


Acompañamiento domiciliario 


El Proyecto de Acompañamiento Domiciliario "responde a la filosofía de método de acción social de Cáritas" que atiende a personas que están en su domicilio y "pueden tener una cierta autonomía mientras estén allí", para quienes "el acompañamiento es fundamental", ha sostenido Sauras.


Así, el objetivo es, "más allá de una ayuda puntual, económica o de otro tipo, que en muchos casos es necesaria, conseguir la promoción de las personas" para que recuperen "los hábitos de convivencia y de vencer la soledad y esto no solo se consigue con ayudas económicas, sino con el acompañamiento", han recalcado.


Según ha apuntado, "la cercanía a las personas, la proximidad, que se sienta apoyadas y acogidas, es lo que subyace en este proyecto de manera evidente y en todas las acciones de Cáritas" puesto que "una ayuda fría o sin ese acompañamiento sería una ayuda fragmentada, que no llegaría a la persona en su conjunto".


La directora de la Obra Social de la CAI, María González, ha explicado que desde la puesta en marcha de este programa en 2010 ambas partes están "muy satisfechas" de su funcionamiento "y por eso este año decidimos renovar este convenio", aportando 30.000 euros.


González ha indicado que, por un lado, incluye "el servicio de comida a domicilio para las personas que lo necesitan", respecto al que Carlos Sauras ha precisado que esta parte la realizan con la Fundación La Caridad, aunque en el caso de esta última aporta comida a cambio del pago de una pequeña cantidad de dinero, mientras que Cáritas, gracias al convenio con la CAI, da la comida gratuitamente.


Por otro, se realiza un acompañamiento especializado a personas a las que, por distintos motivos, no llegan los servicios sociales o han agotado las posibilidades de intervención de esta red de recursos. Concretamente, se efectúan cinco niveles de acompañamiento, que son la acogida y los acompañamientos informativo, promocional, de larga duración y profesional.


Sigue siendo necesario


La directora de la Obra Social de la CAI ha remarcado que están "muy satisfechos de los resultados y creemos que el proyecto sigue siendo igual necesario", además de que "encaja en la filosofía de la Obra Social de la CAI, y más en estos momentos", en los que se da "un número de necesidades sociales más grande".


Por este motivo, el presupuesto de la Obra Social va "casi totalmente a acciones de carácter social y asistencial" porque "son las áreas que vemos prioritarias", para comentar que desarrollan otras actuaciones con Cáritas, como la atención urgente a familias en situación de extrema necesidad.


Asimismo, ha sostenido que Cáritas "está atendiendo cada vez a más gente" porque "son más las personas que llaman a su puerta y ellos, lejos de desatenderles, intentan llegar a todos los que lo necesitan" y desde CAI "aportamos nuestro granito de arena y esperamos poder seguir haciéndolo durante muchos años".


Actualmente, este convenio posee 49 expedientes activos, con 14 personas que se benefician del reparto de comidas y siete u ocho familias o personas que participan en un servicio de acompañamiento profesional. En 2011, se atendió a 69 personas, de las que 19 participaron en el reparto de comida y 13 en el servicio de acompañamiento profesional.


Las personas atendidas están en situación de dependencia y concurren uno o varios factores de exclusión, ya sean económicos, laborales, sanitarios, educativos u otros. El proyecto cuenta con una coordinadora a jornada completa y un técnico auxiliar a media jornada. Además, once voluntarios participan con una dedicación media de tres horas semanales, prestando en total 1.700 horas.