Universidad de Zaragoza

Veterinarios aragoneses, pioneros en la eliminación de un virus mortal en ovinos

El lentivirus ovino, que provoca una afección respiratoria grave en la ganadería ovina y merma su capacidad productora, no tiene vacuna ni tratamiento efectivo.

Veterinarios del departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza han conseguido aplicar con éxito, por primera vez en España, una metodología que permite controlar y eliminar una infección ovina que produce graves pérdidas y obliga al sacrificio de los animales afectados.


'Visna/Maedi' (VMV), o lentivirus ovino, es el germen que provoca una afección respiratoria grave que no tiene vacuna efectiva ni tratamiento farmacológico al que ha hecho frente un grupo de investigadores enmarcados dentro del grupo 'Enfermedades Priónicas, Lentivirales y Emergentes' de la universidad.


La infección por el lentivirus ovino se transmite principalmente por vía aérea, está presente en toda la ganadería ovina y debilita de tal manera a los ejemplares afectados que merma su capacidad productora, por lo que ocasiona importantes pérdidas económicas a los ganaderos y, en la mayoría de los casos, termina con el sacrifico temprano de los infectados.


A pesar de la incidencia del virus, presente en toda España, este grupo de investigadores ha demostrado la efectividad de la aplicación de un sistema de control, iniciado en 2004, frente a este virus en un rebaño ovino lechero de Ciudad Real, que partía con una tasa de afección de casi un 70%.


El sistema utilizado consiste en el estudio serológico, realizado cada seis meses, que comprueba la presencia de anticuerpos en sangre mediante un test de última generación que los investigadores pusieron a punto en el marco de un proyecto europeo que ellos mismos coordinaron en los años 90.


Además, y para hacer efectivo el proceso, se separó al rebaño en dos, uno positivo y otro negativo, además de seleccionar las corderas para vida exclusivamente de las hembras descendientes de animales seronegativos lo que derivó en que la tasa de afección descendiera a menos del 1% en dos años, y se haya reducido paulatinamente y hasta prácticamente desaparecer.


Esta puesta en práctica, costeada en materiales y personal de apoyo por el Gobierno de Aragón, se llevo a cabo porque de los rebaños estudiados por el grupo, al menos en la mitad norte peninsular, solían mostrar una seropositividad por encima del 25%, una cifra que Aragón duplicaba en un estudio de seis años realizado en 554 rebaños, prácticamente todos infectados.