Universidad de Zaragoza

Mil estudiantes colaboran en un proyecto sobre la muerte celular

El BIFI generará vídeos de procesos celulares que estarán disponibles en una plataforma en la red, que los alumnos podrán analizar.

El Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza ha puesto en marcha un proyecto para el que va a recabar la colaboración de un millar de estudiantes, que analizarán, desde sus propios ordenadores, cómo mueren las células.


Este viernes la consejera de Educación del gobierno aragonés, Dolores Serrat, ha firmado un convenio de colaboración con el vicerrector de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, Luis Miguel García Vinuesa, para desarrollar actividades científicas y divulgativas que ayuden a los alumnos a comprender fácilmente los conceptos que estudian en clase y sus aplicaciones prácticas.


Uno de los proyectos, dentro del programa Ciencia Viva del Gobierno de Aragón, consiste en recabar la colaboración de alrededor de un millar de estudiantes para que éstos, en sus propios ordenadores, observen las imágenes de células que se les enviarán por internet para determinar cómo mueren ante determinados procesos agresivos.


El BIFI generará vídeos de procesos celulares que estarán disponibles en una plataforma en la red, que los alumnos podrán analizar, estudiando parámetros como el número inicial de células, el tamaño y su forma o su movimiento bajo unas determinadas indicaciones.


Así, los estudiantes que participen en el proyecto colaborarán en la obtención de información sobre estos procesos al mismo tiempo que aprenden sobre biología celular y sus aplicaciones prácticas.


Otro de los proyectos se valdrá de la aplicación Realidad Aumentada Remota, llamada RRLAb, que permitirá a los estudiantes experimentar con los clásicos ejercicios de muelle, péndulo y polea para comprobar si sus simulaciones coinciden con el experimento real.


El BIFI llevó a cabo además el curso pasado un experimento, llamado 'Dilema del Prisionero', con la colaboración de 1.300 alumnos de 42 colegios e institutos que participaron en un juego en red para estudiar cómo surge la colaboración en la sociedad e intentar comprender la toma de decisiones en un contexto en el que se puede optar por ser solidario o no.


Los resultados de este estudio, que se publicaron en julio en la prestigiosa revista estadounidense PNAS, revelan que no es el beneficio propio lo que mueve a la gente a cooperar o no y que la forma de organización social no tiene influencia en la toma de decisiones personales.


La consejera Serrat ha explicado que con el convenio se pretende conseguir que los alumnos de Secundaria y Bachillerato vean la ciencia como algo "cercano, posible y útil" y participen en proyectos científicos de forma real.


García Vinuesa ha alabado la labor del BIFI, que pone al servicio de la sociedad sus investigaciones y que lleva a cabo una importante tarea divulgadora de su "puntera, internacional y extremadamente competitiva" investigación.


Su objetivo, ha añadido, es "despertar vocaciones, llevar la ciencia a los más jóvenes en su propio terreno, el de internet y las redes sociales".