Seguridad Vial

Dos dispositivos antidroga controlan las carreteras aragonesas este verano

Agentes de la Guardia Civil efectúan este verano test a los conductores para evitar que se pongan al volante bajo los efectos de sustancias prohibidas.

El conductor debe humedecer un bastón con saliva
Dos dispositivos antidroga controlan las carreteras aragonesas
A. C.

Agentes de la Guardia Civil controlan este verano el consumo de drogas por parte de los conductores en las carreteras aragonesas. Para ello, cuentan con dos de los dispositivos de la compañía Dräger adquiridos por la Dirección General de Tráfico para concienciar del riesgo de ponerse al volante bajo los efectos de sustancias prohibidas.


Tras una primera campaña realizada entre los días 9 y 15 de julio, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, informó de que más de la mitad de los controles realizados dio positivo en alguna de las drogas analizadas. Aunque las pruebas fueron selectivas -se practicaron a aquellas personas con síntomas externos de haber consumido-, da una panorámica de la situación actual en las carreteras.


Según el Código Penal, todo conductor que sea requerido está obligado a someterse a este tipo de pruebas. En caso de oponerse, puede ser condenado a entre seis meses y un año de cárcel y la privación del carné de conducir desde uno a cuatro años.

El sistema

El dispositivo cuenta con un bastoncillo que el conductor debe impregnar de saliva. Transcurridos unos 15 minutos -se está trabajando en el software para reducir esta espera-, el aparato arroja un análisis que revela el consumo o no de cocaína, opiáceos, benzodiacepinas, cannabis, anfetaminas, metanfetaminas o el conocido como polvo de ángel.


A diferencia de las pruebas de alcoholemia, en las de detección de drogas no existen niveles de consumo. Si se da positivo, el agente inicia el trámite sancionador, que quedará a expensas de un segundo análisis realizado en el Instituto Nacional de Toxicología o en la Universidad de Santiago de Compostela, los dos únicos centros autorizados para tal fin.


Adicionalmente, el agente -que para realizar este tipo de controles ha recibido formación específica-, analiza el comportamiento del conductor en busca de síntomas externos (temblores, pupilas dilatadas, inquietud...) que le permitirán, entre otras cosas, llevar la denuncia por la vía penal.


En cualquier caso, si el contranálisis confirma el positivo, el conductor es sancionado con 500 euros de multa y la pérdida de 6 puntos del carné. Como explica el sargento primero Raúl Caro del Grupo de Atestados de la Guardia Civil en Aragón, la legislación estipula que se podrán llevar a cabo los test antidroga a los conductores “implicados en un accidente, que hayan cometido alguna infracción, o a aquellos que muestren síntomas evidentes de consumo”, así como en los controles previamente organizados en puntos específicos de las red de carreteras de la comunidad.

Estudio a nivel europeo

La preocupación de las autoridades por los peligros de la conducción bajo los efectos de las drogas se ha acentuado en los últimos años. Fruto de esa inquietud nació Druid (siglas en inglés de 'Conducir bajo los efectos del alcolhol, las drogas y los medicamenteos'), un estudio a nivel europeo que analizó el problema en profundidad.


Entre las principales conclusiones del informe destaca que "conducir después del consumo de sustancias psicoactivas es un hecho frecuente en España", alcanzando el 16,9% de los conductores españoles. De ese total, un 4,6% solo había consumido alcohol, mientras que el 11% había tomado otras drogas (como cannabis o cocaína) que pueden afectar la capacidad para conducir y el porcentaje restante, algún tipo de medicamento.