En solo dos años

Aragón reduce un 8% su población reclusa por la expulsión de extranjeros

Extranjería impulsa el retorno de presos a sus países de origen. La reforma del Código Penal reduce el castigo por tráfico de drogas. En el conjunto del país hay 6.120 encarcelados menos.

La cárcel de Zuera
Solo el 10% de los maltratadores reeducados dentro de prisión reincide
HA

Las cárceles aragonesas -y las del conjunto del país-, están viviendo una operación salida de población reclusa en los últimos dos años. Desde 2010, el número de presos ha caído un 8% en los centros de la comunidad, porcentaje idéntico al de España, donde en la actualidad 'residen' 6.120 encarcelados menos.


Se trata de una realidad que rompe con la marcada tendencia de los últimos 15 años. De los 41.000 reclusos de 1995 se pasó a los más de 76.000 en 2010. La masificación de las cárceles fue motivo de preocupación, y así o expresaron las agrupaciones sindicales y otros colectivos.


Pero desde hace dos años, la situación ha dado la vuelta con dos claros motivos. Por un lado, la reforma del Código Penal aprobada en 2010 según la cual se reduce sensiblemente la pena aplicada a los condenados por delitos contra la salud pública (tráfico de drogas) está vaciando los módulos de pequeños traficantes. En la actualidad, medio millar de los presos cumplen condenas por este motivo en las cárceles aragonesas.


A su vez, disminuye considerablemente la población reclusa extranjera. La circular que puso en marcha Extranjería en septiembre del año pasado facilitaba -e impulsaba- los trámites de expulsión de presos a sus países de origen, que ven con buenos ojos la conmutación de la pena (en los casos que se permita) por abandonar España.


Además, se aplican ya nuevas medidas de coordinación con la Fiscalía y los agentes judiciales y policiales para garantizar la salida del país de los reclusos indocumentados que hayan finalizado su pena. Sin embargo, no todos consideran una buena noticia el retorno a su hogar, y prefieren continuar en el país a toda costa. Según han reconocido varios funcionarios a Heraldo.es, aumentan los casos de autolesión en los presos para evitar la expulsión inmediata.