A las puertas de las Cortes

Discapacitados aragoneses protestan contra los recortes

Un centenar de personas exigieron a la DGA que pague lo que debe y que no recorte las subvenciones a los centros especiales de empleo.

Protesta en Zaragoza
Discapacitados aragoneses protestan contra los recortes
EFE

Un centenar de discapacitados intelectuales y sus familiares han protagonizado una protesta ante las Cortes de Aragón para exigir al gobierno que pague lo que debe desde febrero a las asociaciones que los acogen y que no recorte las subvenciones a los centros especiales de empleo.


El presidente de la Fundación Benito Ardid, José María López, ha encabezado la protesta, que comenzó este miércoles en el centro especial de empleo de Adislaf con un encierro indefinido de los colectivos de discapacitados en protesta contra los recortes y el retraso de los pagos.


López ha dicho a los medios de comunicación que el motivo de la protesta ante los diputados del Parlamento aragonés son las "mentiras" del gobierno de Aragón, que ha impuesto un recorte del 25% en la subvención salarial a los discapacitados que desempeñan su labor en los centros especiales de trabajo.


Pero además de este recorte, el ejecutivo les ha "asfixiado" económicamente porque no paga las subvenciones desde febrero y ha retado a "un debate" a la presidenta del gobierno, Luisa Fernanda Rudi, o a cualquiera de sus consejeros, para corroborar que se ha recortado en un 60% la cantidad destinada al mantenimiento de los centros, ya que de 3,8 millones que había en 2011 se ha pasado a 1,7 millones.


"Si lo que digo es mentira, presento la dimisión y me voy, pero si no, que se vayan ellos", ha enfatizado.


López ha explicado que tienen "un montón de plazas" que mantienen las propias asociaciones, sin que estén concertadas por el gobierno de Aragón, algo que el ejecutivo sí que hace, ha lamentado, "con residencias de la tercera edad de lujo propiedad de sus amigos".


Hay mil puestos de trabajo de discapacitados en juego por estos recortes, y con 2.000 euros al año por cada uno de ellos se solucionaría el problema, ha agregado, porque para un discapacitado, este puesto de trabajo es más que eso, allí está "su casa, sus amigos e incluso su pareja", algo que ahora está en juego.


Miguel, padre de una de estas trabajadoras, ha explicado a los periodistas que para estos chicos, el trabajo es "fundamental", porque se ven realizados, que sirven para algo.


Asegura que lo único que siente es que su hija está triste, porque estas personas "tienen limitaciones, pero sufren, aman y odian como todos los demás", porque "son discapacitados, pero no tontos".


Los asistentes a la concentración han pitado al paso de los coches de los diputados que iban llegando a la sesión plenaria.


Algunos llevaban cajas al modo de ataúdes y muchos portaban pancartas con leyendas como "No queremos caridad, queremos dignidad" o "Si no nos dejáis vivir, no os dejaremos dormir".