La crisis en Aragón

Cuatro de cada diez jubilados ayudan económicamente a sus hijos en Aragón

El paro lleva a las personas mayores a compartir sus exiguas pensiones con los familiares sin ingresos propios.

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“Ahora ya no cuido de los nietos. Mis hijos tienen tiempo de sobra”. Antonio usa este nombre figurado no por sentir vergüenza de la labor que presta, sino por respeto a sus hijos. “Ahora lo que necesitan es un trabajo como sea, mientras tanto yo aporto lo que puedo”.


Antonio es uno de los miles de jubilados que de forma anónima se han visto obligados a compartir su pensión -en muchos casos exigua- con los familiares más cercanos. El paro afecta a más de 107.000 aragoneses, y más de 1,7 millones de hogares españoles tienen a todos sus miembros sin trabajo.


Si hasta ahora era el cuidado de los nietos el mayor de los sacrificios por parte de los abuelos -en la mayoría de casos, con mucho gusto-, ahora es la aportación económica la más demandada. Según un estudio de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), cuatro de cada diez personas mayores comparten su paga para que la familiar pueda llegar a fin de mes.


“Mi hijo trabajó durante años de repartidor y luego se pasó a la construcción. Ahora no encuentra nada y mi nuera apenas trabaja unas horas de limpieza en un supermercado”, lamenta Antonio, que dice dormir apenas unas horas pensando en sus dos nietos.


Él es uno de los cientos de aragoneses que acude con cierta frecuencia en busca de ayuda a la Hermandad de El Refugio, que esta semana alertaba del “alarmante” crecimiento de peticiones de ayuda, entre ellas, las de abuelos con familiares en apuros.


Según el presidente de esta organización, Manuel Marqueta, se trata de "gente muy necesitada que deben mantener a sus familias", y asegura que la actual crisis económica afecta cada vez más a personas y grupos sociales que hasta el momento no se encontraban en situación de vulnerabilidad y que ahora se ven abocadas a la exclusión social.


Es más, el estudio de UDP señala que el porcentaje de personas mayores que son ayudadas económicamente por sus familiares ha descendido considerablemente, pasando del 12,5% en 2010 al 7,5% en 2012.