Reparaciones de vehículos

Aumenta la actividad de los desguaces con la crisis

Los negocios de piezas de segunda mano han incrementado su volumen de ventas hasta un 20% gracias al bajo precio de los recambios.

Un trabajador coloca los tapacubos en un desguace
Los desguaces aumentan su actividad el plena crisis
E. C.

Mientras disminuye la actividad en los talleres y concesionarios, el volumen de ventas de los desguaces aragoneses crece hasta un 20% en plena crisis. “Casi la mitad de los coches no circularían si no fuera gracias a las piezas de segunda mano”, asegura José Alonso, dueño de la empresa oscense Desguaces Alonso y presidente de la Asociación Aragonesa de Asistencia en Carretera. “Es cierto que el número de clientes ha aumentado, pero también que la gente viene con menos dinero”, puntualiza.


No obstante, particulares, talleres e incluso compañías de seguro han visto en los desguaces una forma de ahorrar en las reparaciones. “Una pieza usada puede costar alrededor de una cuarta parte de la original”, indica Fernando Antoñanzas, presidente de la Asociación de Talleres de Reparación de Vehículos de Zaragoza (Atarvez), quien explica el motivo del crecimiento de estos negocios: “El cliente trata de evitar cualquier gasto, así que es una forma de realizar cambios de piezas a un precio mucho más bajo”.


Muchas veces es el propio cliente el que solicita que la reparación se realice con recambios de segunda mano, y otras el propio taller ofrece al usuario esta posibilidad. Eso sí, siempre que el dueño del vehículo esté de acuerdo y el elemento a sustituir no comprometa la seguridad del vehículo. “Las piezas más buscadas en los desguaces son las de carrocería y algunas cuyo precio original es muy elevado, como los motores”, dice Antoñanzas.


Cuando es el propio cliente el que lleva el recambio al taller para que los mecánicos lo sustituyan, desde Atarvez recomiendan a sus asociados que lo hagan constar en la factura y se aseguren de que la pieza se encuentra en buenas condiciones: “Así podrán evitar cualquier problema si el recambio resulta defectuoso”.


Pero el auge de estas empresas, muchas de las cuales también ofrecen garantías de hasta un año a sus clientes, debe explicarse en términos económicos. “Hace poco reparamos un coche que había tenido un accidente. Con piezas nuevas, el presupuesto ascendía a 9.000 euros, y finalmente lo arreglamos por algo más de 4.000 con las de segunda mano”, relata José Lahoz, dueño de un taller en La Almunia de Doña Godina. Del mismo modo, un alternador puede costar 50 euros en un desguace, frente a los 300 que alcanzaría en un distribuidor oficial, y un motor de 3.000 se puede adquirir por menos de 1.000 en uno de estos 'cementerios' de vehículos.


Sin embargo, en muchas ocasiones deben ser los propios mecánicos los que impongan la sensatez por encima del ahorro. “Ha venido gente pidiendo que le pusiese unos neumáticos de segunda mano en los que casi se veían los alambres. Si vemos que una operación puede comprometer la seguridad del cliente y del resto de conductores, nos negamos en rotundo”, señala Lahoz.

Ventas por Internet y al extranjero


Algunos desguaces incluso han visto oportunidades de negocio en las nuevas tecnologías y fuera de las fronteras españolas. “Cada día vendemos más piezas por internet”, asegura Alonso, en cuyas instalaciones pueden llegar a entrar 2.500 coches al año. “También exportamos muchos recambios a países como Marruecos, Ghana, Senegal o Egipto”, concluye el dueño de este desguace oscense.