Estafaban a ancianos

Dos falsos instaladores de gas, detenidos en Aragón

Los sospechosos llegaban a los domicilios de las víctimas, generalmente mayores, y pedían 300 euros por la revisión de la instalación.

La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a dos personas que se hicieron pasar por instaladores de gas para estafar, supuestamente, a personas mayores residentes en zonas rurales aisladas de las provincias aragonesas de Zaragoza y Huesca y de la Comunidad de la Rioja.


Según ha informado la Guardia Civil, los sospechosos, ambos de nacionalidad española, se presentaban en los domicilios de sus víctimas e insistían en que tenían que revisar la instalación del gas, trabajos por los que llegaban a cobrar hasta 300 euros.


Los presuntos estafadores fueron localizados el pasado lunes en la localidad próxima a la capital aragonesa de Garrapinillos, tras ser informada la Guardia Civil de la posible presencia en la zona de unos falsos instaladores de gas.


Los agentes desplazados a la zona fueron informados de la presencia de los falsos instaladores en dos establecimientos comerciales, frente a los cuales habían aparcado un vehículo en cuyo interior se encontraba una tercera persona.


El ocupante del vehículo manifestó a los agentes que era su primer día de trabajo para una empresa dedicada a realizar reparaciones de gas y que había optado por no entrar con sus compañeros al tener "dudas" sobre la legalidad de la actividad desarrollada.


Posteriormente, el propietario de los establecimientos les informó de que había accedido a permitir la revisión de sus instalaciones ante el comportamiento "agresivo" exhibido por los sospechosos, que tras mostrar carnés identificativos le informaron que debería pagar 200 euros por cada local.


Ante las sospechas originadas, los agentes decidieron entrevistarse con los falsos operarios, que reconocieron no ser instaladores autorizados, que se limitaban a ofrecer sus servicios a potenciales clientes y que un técnico autorizado de la empresa para la que trabajaban revisaría posteriormente su trabajo.


En el registro del vehículo que utilizaban, alquilado en Castellón, la Guardia Civil encontró material y herramientas así como boletines de trabajos realizados en distintas localidades de Zaragoza, Huesca y la Rioja.


Los agentes se pusieron en contacto de inmediato con una de las personas referidas en los boletines, la cual les comunicó que los sospechosos se habían presentado en su domicilio y que le había solicitado 300 euros tras revisar la instalación del gas, precio que, según informó a la Guardia Civil, le pareció "abusivo".


También informó que al no tener dinero para abonar la cantidad solicitada, los falsos instaladores le pidieron su tarjeta de crédito para sacar ellos mismos el dinero de una entidad bancaria, petición a la que se negó ante las sospechas que le provocó su conducta.


El testimonio de esta persona llevó a los agentes de la Guardia Civil a detener a los dos sospechosos y a ponerse en contacto con sus potenciales víctimas, todas las cuales coincidieron en afirmar que ambos mostraban una actitud "agresiva y coercitiva" al ofrecer sus servicios.


Los investigadores pudieron determinar, además, que en el vehículo de los sospechosos viajaban otras dos personas sin identificar y que la empresa para la que trabajaban había sido objeto de una investigación por hechos delictivos similares en Asturias.


Según las fuentes citadas, los operarios de esta empresa residían en diferentes provincias del país y actuaban en grupos de cinco, sin tener una hoja de ruta preestablecida y sirviéndose de carnés falsificados.


Estos grupos actuaban en núcleos rurales aislados y habitados predominantemente por personas de edad avanzada residentes en viviendas antiguas donde previsiblemente se utilizaba gas butano.


Las fuentes citadas, que no descartan nuevas detenciones, aseguran que los sospechosos accedían a las viviendas de forma repentina e intimidaban a sus moradores informándoles de que la revisión era obligatoria y que en caso de oponerse se les cortaría el suministro.


Advierte la Guardia Civil, que las labores realizadas suponían un "perjuicio" grave para los ocupantes de estas viviendas al manipular instalaciones sin disponer de la cualificación necesaria.


Los detenidos son F.N.P, de 34 años y vecino de Cornellá (Barcelona), y A.J.N.M., de 37 y residente en Almería, ambos con numerosos antecedentes policiales por hechos similares.


A ambos, que han sido puestos hoy a disposición judicial por los hechos denunciados, se les imputan siete delitos de estafa y otros tantos de extorsión.