Mi fiel acompañante de viaje, Paco El Aragonés

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Corría febrero del año 1969, yo, como cada día de la semana conducía por la misma carretera desde hacia más de una década, pero ese día estrenaba un precioso mercedes Benz 200, un modelo lujoso para aquella época, no me imaginaba ni por el más mínimo asombro que esa noche con el estreno me iba a entrar el mayor pánico a conducir por esa sombría y solitaria carretera hasta el extremo de quedarme paralizado y no poder conducir de casa al trabajo y viceversa sin que alguien me acompañara, llamé rápidamente a un empleado fiel de la vieja fábrica familiar de algodón que teníamos, y diariamente, me llevó y trajo durante trece meses hasta que falleció, al día siguiente de su entierro, cogí el coche por él y armándome de valor llegué hasta la fábrica, mi asombro fue ver que se me había quitado el miedo, pero la verdad la descubrí al ver que siempre viaja conmigo.


Francisco Trillo