Infraestructuras

Las autopistas de peaje sufren la crisis en Aragón

Baja el número de usuarios de estas vías, por la situación económica y el incremento de las tarifas (más de un 3% en 2012).

Varios vehículos, en el peaje de Alfajarín de la autopista de Barcelona.
Fomento incumple su compromiso de asumir peaje gratis en la AP-2 y AP-68 desde este mes
JUAN CARLOS ARCOS

La crisis también ha llegado a las autopistas de peaje aragonesas, que durante el último año han visto cómo su número de usuarios descendía hasta un 8% con respecto a los datos de 2010. La AP-2, que une Zaragoza con el Mediterráneo, registró un descenso de la intensidad media diaria de tráfico de algo más de un 8%, mientras que el tramo 'aragonés' de la AP-68 (Bilbao-Logroño-Zaragoza), que discurre entre la capital de la Comunidad Autónoma y Tudela, perdió casi al 5% de sus usuarios, según datos de Abertis, empresa concesionaria de ambas autopistas.


Alrededor de 1.000 usuarios diarios menos en la A-2 (600 en el caso del tramo aragonés de la AP-68) que confirman la tendencia decreciente del tráfico en las autopistas de peaje de la Comunidad. La intensidad media diaria de la vía que une Zaragoza con la costa mediterránea no crece desde 2007, mientras que la AP-68 solo experimentó un aumento (1,3%) en el año 2010, un pequeño oasis tras el que volvieron los datos negativos.


Sin embargo, la situación de las autopistas que discurren por territorio aragonés todavía no ha llegado al nivel de alarma de otras de estas vías, para las que el Gobierno podría presentar medidas extraordinarias durante los “próximos seis meses”. Según señaló el pasado martes la ministra de Fomento, Ana Pastor, existen nueve autopistas españolas en riesgo de entrar en concurso de acreedores como consecuencia del coste de las expropiaciones y la caída del tráfico derivada de la crisis.


La subida del precio de los peajes en plena crisis ha obligado a muchos conductores a usar el transporte público o buscar vías alternativas a las autopistas, sacrificando tiempo, comodidad y seguridad para evitar los dolorosos pasos por la barrera. En el caso de la AP-2, el incremento de las tarifas ha sido del 3,33% en 2012, mientras que el precio de la AP-68 también subió un 3,27% a principios de este año. Tras la última subida, el conductor de un vehículo ligero debe pagar 2,35 euros por desplazarse desde Zaragoza a Alagón, 4,30 hasta Gallur o 7,10 a Tudela, cantidades que pueden llegar hasta los 14,50 euros para quien quiera viajar a Logroño o 27,85 para llegar a Bilbao a través de la AP-68.

Mayor castigo para los vehículos pesados


Pero las tarifas de las autopistas de peaje todavía castigan más a los conductores de vehículos pesados, que deben pagar casi el doble que los coches o motocicletas. En este caso, el precio de viajar desde Zaragoza a Bilbao en un camión asciende a 50,60 o 58,70, dependiendo de las características del vehículo. Un lastre demasiado pesado para gran parte de las empresas de transporte, que se ven obligadas a buscar recorridos alternativos para evitar los peajes.


“La autopista siempre ha sido un lujo para los transportistas. El descenso del tráfico de vehículos pesados por este tipo de vías es algo crónico, pero muchos de los que antes usaban las autopistas ya no se lo pueden permitir”, asegura Carlos Velasco, secretario general de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Transporte de Aragón. Y explica sus razones: “Las tarifas de transporte bajan y el precio de los peajes y el de la gasolina no paran de subir”.


Por ello, los empresarios del sector piden soluciones que permitan a los camiones desplazarse por las autopistas. “En algunas de estas vías existen peajes simbólicos para los vehículos pesados, lo que permite abaratar los precios del transporte y, además, facilita la salida de los camiones de las carreteras nacionales”, afirma Velasco, quien además de defender los intereses de las empresas de transporte piensa en la seguridad vial: “Una inversión de este tipo evitaría muchas muertes, sobre todo en los tramos peligrosos que todavía se encuentran sin desdoblar”.