ANSÓ

El Día del Traje de Ansó luce nuevo título

Vecinos y visitantes volvieron a abarrotar la villa para disfrutar de esta tradición. Un centenar de personas desfilaron con sus coloridos y valiosos vestidos.

En las calles se revivieron escenas costumbristas.
El Día del Traje de Ansó luce nuevo título
J. BLASCO

La villa de Ansó celebró ayer por todo lo alto el recién estrenado título de Fiesta de Interés Turístico Nacional, otorgado en julio por el Ministerio de Industria y Turismo. Unas 3.000 personas asistieron al Día del Traje que una vez más, y ya van 41 ediciones, hizo que la villa rememorara tiempos pasados al sacar de nuevo de los roperos sus valiosos y coloridos vestidos.


La fiesta comenzó a las 9.00 con la tradicional bienvenida a los visitantes, a los que se les agasaja con una cucharada de migas, aunque desde las 5.30 las mujeres de la Asociación A Cadiera ya habían empezado a vestir y a peinar a los participantes en el desfile final.


Los visitantes se sorprendieron al descubrir la escenificación de las costumbres ansotanas, que revivieron antiguas labores y oficios por varias calles del pueblo.


A las 10.30, Dolores Serrat, nueva consejera de Educación y Cultura, Antonio Cosculluela, presidente de la Diputación Provincial de Huesca, y Javier Fernández, delegado del Gobierno en Aragón, inauguraron oficialmente el Museo del Traje, en el que se han invertido 340.000 euros. Desde que abrió sus puertas la pasada Semana Santa ya ha recibido la visita de 4.000 personas. El alcalde de Ansó, Félix Ipas, agradeció públicamente el apoyo manifestado por Serrat «para que el museo no sea algo aislado sino que se dinamice y sea un espacio vivo», afirmó.


A las 11.30 llegó el acto más esperado por el público, que volvió a abarrotar la plaza de Domingo Miral. Tras el saludo del alcalde comenzó el desfile de trajes regionales con la participación de un centenar de personas que lucieron hasta 17 modelos diferentes: bautismo (cristianá), confirmación (periquillo), primera comunión (saigüelo colorau), cofradía y saya, entre otros. Los niños, algunos de ellos bebés de pocos meses, despertaron gran simpatía con su desparpajo.


Después de la misa cantada con la coral ansotana, llegó el colorido pasacalles y una comida en la que más de un espontáneo se arrancó con una jota. A las 17.30 actuó la Agrupación Folclórica Santa Cecilia, que cerró una soleada y animada jornada.


Ipas no ocultó su alegría por el resultado final «porque un año más el tiempo nos ha acompañado y ha habido una gran afluencia de visitantes», dijo. «Hemos vuelto a reconocer lo que fueron nuestros antepasados para ponerlo en valor», destacó el alcalde.