A QUEMARROPA

"Ahora soy un galán cómico"

El actor Jorge Sanz reconoce estar muy orgulloso de peinar canas.

Lo siguen confundiendo con Alejandro, aunque él sea Jorge. Jorge Sanz.
"Ahora soy un galán cómico"
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¿Le han dado ganas alguna vez de cometer un crimen... aunque no sea perfecto?

Sí, pero sería incapaz. No tengo ni la cabeza ni el temple para matar a nadie. Ni siquiera soy capaz de matar un bicho en el campo.


Tampoco tiene mucha cara de malo, aunque sea uno de los protagonistas de 'Crimen perfecto'...

No lo soy, pero la leyenda me precede.


Y también la leyenda urbana de que era de los que más quemaban la noche...

¡Todos hemos sido jóvenes! Eso son cosas que pasaron hace muuuucho tiempo.


Claro. ¿Sigue desgalanado?

(Risas). Ya no soy un galán romántico. Ahora soy un galán cómico. Eso sí, estoy orgulloso de haberme tirado tantos años siendo el galán romántico de la película. Mejor que te encasillen en eso que en el gordo o en el feo.


Trabajando desde los 9 años, ya le quedan pocos para jubilarse...

¡Ojalá! Lo que pasa es que los autónomos no podemos dejar de trabajar (risas).


Pero después de tantas películas no se ha librado de ser mileurista durante un tiempo, ¿no?

Y lo sigo siendo. El teatro es un oficio que te mantiene trabajando, pero no puedes parar porque hay facturas que pagar.


No me creo que en su casa no haya agua...

No tengo agua corriente. Tengo un pozo. Es lo que tiene vivir en el monte. Pero soy muy feliz.


Y eso que pocos atesoran en su currículum haber sido el gobernador de California de pequeño...

No solo eso, sino que han hecho un 'remake' de una película mía, lo que me parece cojonudo. Bueno, eso también quiere decir que me estoy haciendo mayor.


¿Tiene algo de 'Conan'?

No me queda absolutamente nada, solo un recuerdo maravilloso del rodaje y del gobernador de California, que se portó maravillosamente conmigo.


Lo mismo se convierte en nuestro John Travolta cañí y resurge con mucha fuerza...

Tendría que aprender a bailar (risas). Tampoco me importaría tener cuatro aviones.


¿Sigue llorando con algunas películas y escondiéndose para que no le vean?

Sí, sí (risas). ¡Me da una vergüenza horrible! La última vez fue con 'Gran Torino'... ¡las dos veces que la he visto! Una vez me dio un ataque terrible en el cine y la otra fue en el tren, donde además no te puedes esconder...


¿Cómo lleva lo de envejecer? Woody Allen dice que es muy penoso.

Estoy en un buen momento. Tengo 42 años y los llevo con alegría. Ya peino mis canas, pero estoy muy orgulloso de ellas. ¡Y todavía tengo pelo!


¿Se las teñiría?

¿Las canas? Nooo. Al contrario.


¿Y cómo va su curva de la felicidad?

Tengo unos abdominales cojonudos. Lo malo es que los tengo debajo de un sello de Mahou y a veces les cuesta aflorar.


¿Cuántas veces lo han confundido con Alejandro Sanz?

¿Al día? Muchísimas. Cientos. Pero para mí es una bendición: ¡tengo el doble de seguidores!


Es que algo se parecen. Además de en el apellido...

Se ve que sí, aunque no sé yo... Quizás tenemos un aire.


¡Quién pudiera tener su cuenta corriente también!

¡Quién tuviera su arte! Es uno de los mejores compositores que tenemos.


Hace tiempo que no lo vemos con su pareja de hecho, Maribel Verdú, ¿han firmado los papeles del divorcio?

(Risas). ¡Para nada! Somos grandes amigos y no me importaría volver a trabajar con ella.


¿Ha hecho ya las paces con Almodóvar o sigue siendo el único actor que no quiere nada con él?

Nunca me he peleado con él. Por eso no tengo necesidad de hacer las paces. Para trabajar con Almodóvar tienes que tener muy buena sintonía.


Un expediente X: ¿Qué le pasó en su oreja?

Me peleé con un gato y ganó él.