FIESTAS PATRONALES

Los gigantes y la espuma comparten protagonismo

La localidad de La Puebla de Alfindén se despidió este viernes de seis días de festejos.

Tras el rebozo en la espuma tocaba dar marcha a un buen aclarado
Los gigantes y la espuma comparten protagonismo
GUILLERMO MESTRE

«Las fiestas en La Puebla de Alfindén siempre son divertidas». Así de animada, Emilia Antequera, de 58 años, definía el ambiente que se vivió este viernes en los festejos patronales de la localidad zaragozana. Se trataba del último día en honor de la Virgen de la Asunción y de San Roque, y los vecinos quisieron exprimir hasta el minuto final de la jornada. «Hoy (por este viernes) nada de tranquilidad, más bien locura», comentaba Yolanda Frago, de 45 años, durante el pasacalles de gigantes y cabezudos que tuvo lugar por la mañana. Esta alfindeña, de la peña El Esquilo, se felicitaba también porque habían sido unas fiestas «divinas, de buen tiempo y de estar en la calle».


En esta intensa semana de actividad, las mañanas han sido reservadas para el disfrute de los niños. Este viernes, como ha venido siendo habitual, ningún pequeño quiso perderse la cita matinal, que además contó con un extra. «Nos han sorprendido con la piscina de espuma. No lo esperábamos y ha sido genial porque ahora estamos más fresquitos para hacer el recorrido con los cabezudos», explicaba María González, de 10 años.


María no fue la única que se rebozó entre la espuma, y otros como Rosa Méndez, de 4 años, siguieron su divertido ejemplo. Aunque por unos instantes, ante tan intrépida aventura, perdió de vista un complemento muy valioso para continuar con el pasacalles . «He perdido mi zapato en la espuma, pero luego la amiga de mamá me lo ha encontrado», señalaba.


La fiesta de la espuma encandiló a todos, pero no logró quitar protagonismo a El Berrugón, La Forana o a El Diablo. «Lo que más me gustan de las fiestas son los cabezudos», indicaba Guillermo Amorós, de 5 años, que estaba junto a su hermano mellizo Diego.


Al frente del pasacalles se encontraban los gigantes, Aurora y Ramón, que con sus coronas y elegantes atuendos danzaron su último baile. Ya queda menos para verlos de nuevo el año que viene.